Uno de los asuntos más recurrentes que vengo observando desde hace ya mucho tiempo es como dentro del protocolo de aprendizaje, las diferentes tendencias pretenden crear fieles robots.
Fotocopias del ego del «todo poderoso fundador», Maestrillos que fijan su intención en una estrategia de control a través de la ensoñación de una realidad maquillada y festivalesca.
Hablando de Movimiento.
Cuando hablo de movimiento y de como puede liberarte o atraparte, hablo precisamente de cómo una tendencia, un pensamiento prefijado sin razón, un estilo predeterminado de hacer las cosas, puede llegar a limitarte al extremo de dejar de expresarte a ti mismo, convirtiéndote en un eco, una sombra de ti mismo, una figura dependiente del tecnicismo más artificial y un reflejo del movimiento más extravagante.
Escapar del adoctrinamiento es escapar de todo lo que significa la estética – estática. Enseñar a pensar o educar desde la acción ( educa-acción) no será nunca un camino fácil pues éste partirá del Caos y surge de la nada.
Es muy común hoy en día ver estafadores dentro del mundo de la Eskrima que juegan a tener la verdad de su parte, gracias a dios, por su falta de madurez, dejan en entredicho la efectividad de sus métodos con sus propios actos.
El sistema está descaradamente montado para alejar todo lo posible la opción de la creación de individuos pensantes, atontando o adormeciendo cualquier pulsión deseante, sazonando esta farsa con la pomposidad del rito absurdo, con la parafernalia del grupo marcial jerárquico como sustento, del certificado estéril, del regalo de promoción ególatra y sobre todo del control de la personalidad a través del lavado de cerebro de personas que son fácilmente manipulables.
Tendencias del Arte.
Hay ciertas tendencias dentro del Arte que pregonan a los cuatro vientos su eficiencia de pacotilla, tendencias en las que predomina el juego fácil secuenciado «drilero» y espectacular en detrimento del sparring controlado y/o libre.
Suele ocurrir que con el paso del tiempo uno aprende algunas cosas, suele ocurrir que viene alguien a probar una clase (que suele ser: «a ver si soy mejor que el profe») y nada más se posicionan o comienzan a moverse, ya se puede leer qué «estilo» los está limitando.
Suelo ser en esos momentos un poco fanfarrón y me acerco al susodicho sujeto con mi cara de poker y le suelto airadamente qué estilo pienso que ha practicado, muchas veces se sorprenden y muchas veces me sorprendo yo a mi mismo «acertando» con un porcentaje muy elevado.
Es justo en ese momento cuando les hago ver cuan «limitador» puede llegar a ser estar atrapado por una forma concreta de hacer las cosas en las que nunca intervinimos como individuos mas solo como fotocopiadoras sin conciencia de qué es lo que copio. Esta es una característica típica de cuando nunca se han detenido a enseñarnos el proceso de pensamiento analítico dentro de la lucha, nunca nos han enseñado a pensar, estudiar o analizar el movimiento.
Hacer no es suficiente, hay que hacer conscientemente (siempre recuerdo en clase: no es golpear sin más, es cómo golpeo correctamente)…ahí está la eficiencia del uso de Armas como herramientas para nuestro desarrollo, ahí está la diferencia entre usar la inteligencia ( una mente analítica y pensante) o ser un simple robot en manos de los pretenciosos de la verdad.
La simpleza como camino.
A mi todo se me antoja mucho más simple, es decir: si te colocas delante de un profesor que te enseña desde el sparring, te da pocas explicaciones, pero te hace sentir el porqué de todo lo que ocurre. Si te controla, te desarma, te golpea duro (sin humillar). si se ríe contigo con sinceridad en el alma y te corrige desde la comprensión del movimiento, desde el Caos y la desesperación. Si te hace sentir la relatividad del dolor en el mismo proceso de aprendizaje y sobre todo deja con dudas que solo tú podrás resolver, justo desde esa experiencia, tendrás la certeza de que estás delante de todo un Maestro de Eskrima, de los de verdad.
Son estos Maestros en peligro de extinción, los que te enseña a ser tú desde una perspectiva diferente, desde el otro lado a tu zona de confort y no te limitan presos del miedo a ser superados…te enseñan a ir de afuera a dentro, te enseñan a pensar, único camino posible de descubrimiento y desarrollo íntimo en relación al Arte y a eso que trasciende todo lo previamente establecido como estilo.
Como educadores de lo marcial, no tendríamos que legar técnicas ni estilos, sino sembrar dudas y libertades.
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