Aprendiendo Eskrima.

Nos movemos por modas. Creemos que estamos rodeados de modernidades que vienen a mejorar nuestra vida, pero en realidad son cosas del pasado que por ser muy buenas regresan una y otra vez.

Hoy quiero hacer alusión a la tradición de cómo se aprendía Eskrima… antes de que estuviera en peligro de extinción…

Cuestiones de historia.

Tradicionalmente los sistemas de entrenamiento en las artes marciales eran mucho más individualizados. El asunto de las clases privadas se presenta como algo novedoso, pero antiguamente, sobre todo antes de la segunda guerra mundial, la forma de aprender más común era la de grupos reducidos o directamente con el Maestro.

Desde mi punto de vista, por mi experiencia en Eskrima, la mejor manera que hay para entender y transmitir el arte es de forma privada, de a uno con el Maestro.

Eskrima es un camino tan personal, tan de trascender nuestro propios límites, que una guía individualizada puntual, puede suponer la diferencia entre un entendimiento fino de nosotros mismos en relación al movimiento y las armas o por contra convertirnos en «robots replicantes».

«Modernidades».

Para situaros un poco, os cuento que he pasado unos cuantos años en el mundo de los gimnasios. He trabajado como entrenador personal, monitor de clases grupales y he llevo cerca de 18 años enseñando Eskrima. Desde esta perspectiva quiero hacer una reseña sobre la historia moderna de lo que se entiende como «entrenamiento personal». Situemos en el tiempo esta «forma antigua» de aprender.

Nos remontamos por lo tanto a la época en la que el levantamiento de pesas empezó a popularizarse a nivel mundial. Los hermanos Weider son los que en los años 30 comienzan a mover el culturismo como un deporte en el que existe la competición creando esa cultura «fitness».

Tras la segunda guerra mundial todo cambia y aumenta el interés de la población por temas como la alimentación y la salud. Empieza a despegar el deporte como negocio de masas.

Como no podía ser de otra manera es en California donde el concepto de gimnasio actual empieza a popularizarse y es a partir de los años 50 cuando comienza una demanda específica de entrenadores personales para una clase adinerada y necesitada de resultados efectivos.

Cabe recordar que en el deporte de alta competición la imagen del entrenador personal siempre ha estado presente por la necesidad de resultados por parte de atletas de élite con características específicas personales de las que sacar partido.

GM «Momoy» Cañete, San Miguel Eskrima Orihinal.

Artes Marciales Tradicionales.

De vuelta a lo antiguo, viajando en el tiempo y aunque me gusta trascender ciertas conductas «inquisidoras» que vienen programadas en las estructuras de las artes tradicionales, valoro y fomento algunos otros aspectos fundamentales de la «oldschool».

Éstos forman parte de nuestra cultura «marcialística» y que considero no deben perderse. 

Eskrima tiene su historia. Sin complejos, no es nada original pero es la que es. La historia de cómo se transmitía la Eskrima es muy parecida a cómo se entendía en el resto de Asia la transmisión del Arte:

  1. Si querías entrenar con cierto Maestro, lo más probable es que debieras ganarte el derecho de poder aprender directamente de él. Es posible que alguien te tuviera que introducir y aun así esto no te garantizaba nada.
  2. Otra de las cuestiones fundamentales que se planteaban en la «vieja escuela» era un conducta y compromiso con el Maestro, la escuela, el estilo… el respeto era fundamental en el engranaje de la estructura de la práctica.
  3. Hay cosas que se enseñaban a «cualquier» estudiante y cosas que sólo se practicaban en grupos reducidos e incluso de forma privada. No eran secretos, era más un asunto de especialización y supervivencia.
  4. La protección del arte y los «intereses» del grupo eran fundamentales. Este grupo «selecto» de Eskrimadores coincidían con la punta de lanza de peleadores que luchaban por el honor del conjunto.
  5. No había un orden o programa determinado. En Eskrima antigua se entrenaba luchando, compartiendo, retando, olvidando…
  6. No había grados. La Eskrima no se entendía como un estilo determinado, se enseñaba como se puede enseñar Esgrima (influencia directa) o Boxeo (influencia más moderna).
  7. Se respetaba al o los Maestros principales. Los siguiente en el escalafón eran los alumnos que más tiempo y luchas habían representado dentro del Club.
  8. En principio y en muchos casos eran los alumnos aventajados los que enseñaban a los iniciados. Más tarde y si era conveniente pasaban a ser instruidos por el Maestro.
  9. Más batallas estabas dispuesto a afrontar, más respeto te ganabas en el grupo.
  10. Las diferencias entre Eskrimadores solían solucionarse a bastonazos, así que la práctica adecuada, estar bien afilados ante cualquier «diferencia»  era en extremo importante.
  11. Las tranferencias de otros estilos en Eskrima eran habituales (en cierta época). Tener la mente abierta al combate era fundamental, si era bueno podía ser aceptado.

El ya desaparecido John Paez, hijo del también desaparecido Nong Paez (sobrino de Delfín Lopez) y al fondo mi Maestro Ramón Rubia.

Anécdotas.

Hace años (gracias a Magtutudlo Ramón Rubia) cuando tuve el privilegio de conocer a un Gran Maestro de Eskrima Balintawak, Nong Paez (sobrino del legendario Delfín Lopez) hubo una anécdota que me sorprendió.

Nuestro ya desaparecido amigo e hijo del Maestro, John Paez era un tipo que se dedicaba a la seguridad y al físico culturismo, había tenido una vida un poco complicada, había pasado por la cárcel. Pero cuando yo lo conocí en Cebu, ya estaba bastante reformado, su fama lo precedía, cuestión que en alguna ocasión nos hizo reír bastante. Era una grandísima persona.

El caso es que John no sabía Eskrima, me extrañaba viniendo de una familia tan pura de Eskrimadores. En una visita al Maestro y con todo el  respeto del mundo le pregunté cómo es que no había enseñado su Eskrima a más gente,. Siendo ya muy mayor y casi ciego le apenaba mucho no haber enseñado más, parte del legado se perdía con él.

¿Cómo era posible que ni tan siquiera enseñara a su hijo? Su respuesta fue una gran lección y dejaba claro el talante de este expolicía y Eskrimador de la vieja escuela…

  • «Eskrima es tan sólo para unos pocos, no he encontrado a quien enseñar sin temor a que lo utilice mal, (incluido mi hijo) es fundamental el corazón del estudiante…»


José Díaz Jiménez

Jose

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