Si nos centramos en el combate hay cosas que no podemos pasar por alto. En una situación real, las opciones técnicas aplicables se reducen drásticamente.
Estrategias
La estrategia que debemos adoptar de forma permanente será:
«No ser golpeados»
Aunque evidentemente esto resulte muy complicado, por motivos evidentes, y debamos asumir esta realidad, resulta ser una actitud vital para el trabajo con armas.
Tanto en «larga mano» como en distancia corta hay dos opciones a considerar como fundamentales.
1. Dejar pasar.
2. Interceptar.
Diseccionamos así una situación evidente en combate y que se fusiona en sí misma, para entender un poco mejor qué estamos trabajando.
Mi experiencia en Eskrima me dice que en combate no hay normas fijas a seguir al 100%. Todo depende del momento, de las circunstancias, de nuestro adversario, de nuestro posicionamiento.
Simplicidad
La simplicidad es el objetivo de la Eskrima, su camino: interceptar a nuestro adversario. Interceptar es un término que se enraíza en el mismo latir del uso de las armas (del tipo que sean).
Partimos de la base técnica de que para lograrlo debemos estar en un posición y distancia correctas. La mecánica con la que lancemos nuestro golpe será fundamental.
La punta del arma en vanguardia de nuestros ataques (da igual la angulación del mismo), junto con uno desplazamientos bien ajustados, velocidad precisa y movimiento no telegráfico serán los asuntos más importantes a tener en cuenta.
Se puede interceptar de diferentes formas, pero el camino para lograrlo, sin ningún tipo de dudas, va a cimentarse sobre nuestra experiencia combativa.
Hay una forma de leer al adversario que sólo se aprende después de haber sido alcanzado muchas veces. La tensión milimétrica que ocurre en ese momento delatará / anunciará la intención del contrario.
El título de la entrada puede confundir. En realidad, para mi, dejar pasar es otra forma de interceptar emocional, física y mentalmente al adversario.
Ver que un instante no es una buena situación para nosotros, tener la paciencia de mantener la posición y dejar pasar el ataque (ajustando la distancia al mínimo) para volver con velocidad y potencia y «capturar» la intención del contrario (elástico), requiere una gran destreza, conocimiento de la mecánica aplicada a los golpes, velocidad y (una vez más) experiencia en sparring.
Dejar pasar
Cuando dejamos pasar el ataque de nuestro adversario, el vacío que se crea, esa indeterminación que hemos creado debe ser aprovechada con inteligencia. En el caso de esperar el siguiente ataque, volvemos a la idea del posicionamiento bien ajustado.
Los desplazamientos en este caso de vuelven determinantes.
Dos opciones que se fusionan en sí mismas y que son la base de cualquier trabajo básico y/o avanzado de combate. Aplicarse en esta premisa es trabajar bajo el concepto de la simplicidad necesaria en la tarea de las armas.
No ser golpeados está en el ADN de esta estrategia siempre presenten el artes marciales basadas en el filo.
Os dejo aquí un vídeo de Esgrima en el que hay momentos de cámara lenta realmente buenos.
La esgrima actual, aunque focalizada demasiado en el deporte, es en parte nuestro abuelo marcial. Prestarle atención desde una perspectiva combativa me parece más que interesante. Los desplazamientos son muy superiores a muchos otros sistemas de combate.
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