Hay ejercicios de Eskrima que de vez en cuando rescato para volver a darles una vuelta de tuerca y ver a donde me conducen con una mayor perspectiva de tiempo y madurez.
Ejercicios
La coordinación es uno de los atributos que más aprecio.
Ya he comentado más de una vez en este blog que precisamente vivimos en un mundo profundamente des-coordinado y de ahí subyacen muchísimos problemas, incluso a nivel social.
Hoy revisando archivos antiguos he rescatado este ejercicio, que por ser simple, no deja de ser interesante.
Si analizas la perspectiva de trabajo y alejándonos del concepto «todo siempre debe ser combativo» la transferencia hacia lo funcional es evidente.
Profundiza y analiza
Al fin y al cabo muchos de los ejercicios que durante estos años he ido desarrollando son escusas para movernos en diferentes planos.
Si ves el vídeo, durante todo el ejercicio el aspecto más importante a tener en cuenta es el constante movimiento y cambio de ángulos.
El portar y trabajar con «dos armas» resulta ser uno de los retos neuronales más interesantes.
Mover las armas en planos diferentes, en acciones diferentes, y con objetivos diferentes (no nos movemos siempre en «paralelo») básicamente logra desarrollar nuevos caminos en los que perfeccionar nuestro arsenal.
No combativo.
El que no sea un ejercicio directamente combativo no resta importancia a las posibles trasferencias. Las progresiones de este ejercicio son infinitas.
Este es el estado más primario de lo que puede llegar a ser un drill bastante interesante a nivel combativo. Es una propuesta de trabajo con «dos armas» poco convencional.
El caso y el problema no se deriva de los drills o los ejercicios sino de la dirección que éstos toman.
Los métodos de entrenamiento se convierten en un freno en el momento que se convierten en un fin en vez de un medio.
Tened presente que hay muchos caminos, pero una sola dirección.