«El camino es tan largo que no tiene final». Esto me dice una de las frases que más profundo resuenan una y otra vez en mi cabeza para evitar desviarme de la senda que un día casi inconscientemente decidí emprender. La sensación de estar equivocado, a pesar de sentir muy adentro que estoy en el camino correcto, pone a prueba constantemente el arrojo que perdura en la simiente de lo que uno es en realidad.
Mucha vida o muchas vidas ( como dirían alguno de mis amig@s más alejados y descondicionados de este mundo material) haciendo lo mismo, a pesar de las equivocaciones, avalan un trayecto y un proyecto que por pasional se define por si mismo: Mi Fightlosofia.
Todo es un proceso, de esto no nos cabe la menor duda, el aprendizaje en si mismo es un ejercicio de movimiento constante que no debería ni detenerse ni limitarse. En este movimiento podemos identificar varias fases que no hacen más que perseguir una verdad tan escurridiza que cuando crees haberte acercado y haber entendido algo, ocurre algo que pone en evidencia todo y empiezas de nuevo…a saber y buscando la simplicidad, ésta verdad se acerca desde aprendizaje, la constancia y la disolución…se aleja desde el falso ego y la falta de honradez.
La clave para avanzar quizás más que saber, sea intuir qué pasos dar. Esa intuición no pertenecerá en ningún caso al mundo de lo esotérico, la intuición «no es más» que eso que empieza a revelarse tras un proyecto enfocado hacia la constancia. La lucha es una ciencia, tal cual, sin más aditivos que el estudio serio y la puesta en práctica.
La ciencia del aprendizaje en la lucha tiene como fundamento diferentes herramientas que deben dirigirnos hacia una preparación física, mental y porqué no, espiritual óptimas para afrontar sin dilaciones el concepto de la supervivencia en la vida real. Éste es el camino del guerrero: 99% práctica 1% teoría … claro está, ese 1% debe tener como base el entendimiento intelectual de la mecánica corporal, del movimiento en todo su ratio de acción y como no, el estudio de conceptos teóricos e históricos fundamentales. Pienso que para saber hacia donde vamos en la vida, tenemos que conocer de donde venimos y aun más añadiría: reconocer nuestra propia naturaleza humana y animal.
Decidir hacer lo más difícil evidentemente nos reportará beneficios a largo plazo, es un hecho: será un camino tedioso y desagradecido, que poco a poco se irá revelando y muy de vez en cuando, nos irá sorprendiendo. Hacer tu propio camino siempre traerá consecuencias de todo tipo, te equivocarás muchas veces y siempre serás comparado o criticado por no hacer o no seguir la senda que ya otros han marcado…ok, da igual, forma parte del proceso…dijo Dan Gable, uno de los grandes del mundo de la lucha (wrestling): » el ser humano siempre tiende a buscar el camino fácil para hacer las cosas…pero no hay nada que sustituya el trabajo duro».
En la Eskrima ocurre algo que no he visto en otras muchas artes, lo he llamado la distorsión del Arma…y es que por mis clases han pasado o suelen pasar en un porcentaje alto, personas que ya tienen un bagaje en otros estilos de lucha…lo interesante es que a pesar de ser grandes artistas marciales, cuando cogen el arma por primera vez en clase y comenzamos a trabajar sobre conceptos básicos de golpeo y uso de nuestras herramientas (mano izquierda ), coordinar desplazamientos con patrones de movimientos… el resultado es siempre el mismo: se convierten en personas en mayor o menor medida descoordinadas y en pocas ocasiones son capaces de aplicar su conocimiento al servicio de las armas.
Esto siempre me ha hecho reflexionar en la importancia del uso y estudio de las armas en el proceso de aprendizaje de la lucha «real», suelo identificar que más exigimos a nuestro interior, más se expresa en nuestro exterior y para esto Eskrima es una muy buena herramienta a caballo entre lo interno y lo externo.
Las fases de aprendizaje están claras: aprender la técnica, constancia en su práctica y una final disolución o asimilación por reflejo condicionado. Si a esta secuencia le añadimos el trabajo de herramientas que exigen un trabajo extra de coordinación y propiocepción, junto con un gusto refinado por los detalles más mínimos ( que son los que marcarán la gran diferencia), el circulo se cierra y estaremos posiblemente ante uno de los mejores caminos y a la vez más fieles a la tradición más guerrera, en la que la vida y el respeto a ésta, estaba por delante del estilo que practicaras.
Los estilos dentro del proceso del aprendizaje tienen una importancia relativa, el problema y una vez más generalizando (aunque no sea lo más adecuado), es que no solemos llegar a identificar que un estilo suele limitar en una fase muy temprana el proceso de desarrollo personal imponiendo unos límites históricos que en todo caso nos encapsula y/o enquista bajo unos parámetros extravagantemente marcados por tendencias personales de una «casta superior», esto hará que no seamos totalmente libres en cuanto a expresarnos dentro de la supervivencia, gran paradoja ésta, ya que somos nosotros mismos los que luchamos por nuestra propia vida ( y si delegamos ésto a otras personas, mal asunto)…mientras muchos se afanan por imitar, perseguir y comprar títulos que los amparen bajo la sombra de promesas cumplidas a golpe de talonario.
La técnica es un vehículo del que nos beneficiamos para llegar del punto A al punto B, tradicionalmente el problema no está en la técnica en sí, sino en sus aplicaciones y sobre todo en como se enseña o nos aferramos a ella. La técnica de por sí no es más que una herramienta para un proceso de repetición. La constancia y el entendimiento de su mecánica implícita, hará que empecemos a entender el porqué de su práctica, su esencia y su herencia. El siguiente paso será la interiorización, disolución, el problema que surge aquí es que todos somos en alguna medida malas copias y reflejos fieles del estilo que hemos decidido perseguir…puedes identificar el estilo de una persona por su posicionamiento, por su forma de golpear, por como incluso coge su arma…por sus desplazamientos…¿¿es ésto realmente bueno??
Como digo al principio del articulo, para mi ésto es un camino tan largo que no tiene fin, la investigación y la aplicación dentro de la ciencia es el pilar sobre el que se sustenta el conocimiento…la búsqueda de las raíces de lo que venimos practicando es lo que para mi mantiene viva la experiencia del desarrollo de la supervivencia a través del trabajo de armas dentro «mi» Eskrima…esto nos conecta con nuestros ancestros, en definitiva nos conecta con la responsabilidad propia y ajena, es una gran responsabilidad la de no ser robots que repiten patrones prefijados, faltos de entendimiento y de conciencia…
Si practicas cualquier estilo, úsalo como herramienta, nunca como un fin, entiende y estudia científicamente el porqué de sus formas, busca y pregunta, observa ( no quieras ser como tu maestro – aunque sea una gran figura en tu vida, es más interesante ser la mejor versión de ti mismo)…sobre todo pon en práctica.
Identificarte con un grupo es un proceso humano y muy sano…limitarte inconscientemente por ese grupo, seguir ciegamente a un líder, obedecer un estilo o sistema sin cuestionarnos nada es como estar presos sin barrotes ni carceleros…Es muy sano salir de vez en cuando de tu zona de confort, acércate a otras tendencias, aprende de muchos (sé selectivo) y absorbe poco … el proceso de aprendizaje no pasa por la acumulación sino por la disolución constante volviendo a la simplicidad.
Y por último, pero no menos importante: no seguir ningún estilo, no quiere decir que no respetes a sus maestros, sus grupos o su trayectoria, no seguir a ningún grupo no quiere decir que no aprendas de ellos tanto o más que de ti mismo, no seguir a ningún estilo no quiere decir que tengas las herramientas suficientes como para creerte en la posición de crear uno … No seguir a ningún estilo es en definitiva poder seguirlos a todos y a pesar de ello, continuar siendo «libre». No es sobre qué estilo de artes marciales practicas…es sobre como a través de ello eres capaz de expresarte libremente en relación con la efectividad más extrema.
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