Eskrima reflexiones. Paseando.

Eskrima es un vehículo pesado y articulado que da pie a merodear por los caminos del auto descubrimiento. Estoy seguro de que las armas tienen mucho que ver en esto.

Entreno Eskrima en la naturaleza todo lo que puedo. Me da la vida. Después, cansado y emocionado suelo pasear emulando a los grandes místicos y pensadores para evadirme y rebuscar la inspiración que me empuje definitivamente hacia mi mismo.

En mi Eskrima y con el afán por inventar absurdas palabras, llamo a esto «paseamientos» (de pasear y de pensamiento).

Aquí os dejo una reflexión «literada» (uno de mis primeros intentos) en relación a mi Fightlosofia

Meditando

Paseamientos.

El inicio de la primavera es una época que siempre me trae recuerdos. Cumplo años justo en su inicio. Para mi es una época iniciática. Viajes, aventuras, historias, las mejores de mi vida se han iniciado en primavera y han continuado en verano.

Es mi estación preferida. El aire, aun fresco, trae el olor a azahar tan típico de mi tierra. Los días se hacen más largos. Y me encanta pasear. Unas veces miro al cielo, otras a la tierra, es todo un proceso de reconciliación con mis raíces. Escucho mis pasos, la soledad, y respiro. El tiempo se difumina, se ralentiza, me gusta esa sensación. Intento no pensar en nada. Y pienso en todo.

Decía magistralmente Antonio Machado: «caminante no hay camino, se hace camino al andar» y para mi eso es meditar.

En uno de estos paseos «tardecinos«, que conjugan presente, pasado y futuro, por entre los árboles que rodean la Alcazaba de Málaga, mientras yo repasaba mentalmente ese tipo de asuntos que a todos nos ocupa (trabajo, proyectos, cambios…), el cielo ya se teñía de naranjas y grises, despidiendo, «por fin», un día que se me antojaba especialmente largo.

Absorto en ese misterio de tiempos relativos, observé que muy cerca, merodeando por los muros centenarios que delimitan la antigua fortaleza militar, se acercaba sigilosamente alguien a quien no esperaba encontrarme.

Caminaba igual que yo, perdido en su mundo. Antes de darme cuenta estaba tan cerca de mi que casi tropezamos. No me pareció un extraño, algo en él me resultaba muy conocido. Se detuvo y me sonrió, como si fuésemos viejos amigos, hermanos o algo más.

Me observó un instante como quien se mira en un espejo.

Pude reconocer ciertas cosas propias en su gesto, en esos ojos cansados (tímidos pero seguros de sí mismo) que lo decían todo sin articular palabra:

Orihinal Eskrima: ¿Quien eres?

Fightlosophy: Soy Fightlosophy, creo que no necesito presentaciones. Vengo caminando junto a ti desde hace mucho. Hoy quería saludarte de nuevo, recordarte quienes somos.

OE: No te recuerdo bien.

F: Bueno eso es porque formo parte de algo que en realidad no tiene nombre, me llaman de muchas formas. Hace años, mientras leías uno de esos libros que tanto te gustan, aprendiste aquello de que «filosofia es crear conceptos«. Y aquí me tienes, me pusiste nombre: la filosofía de la lucha, fightlosofia, fightlosophy.

OE: Fightlosofia, me gusta como suena. Pena que te haya limitado, espero me disculpes.

F: Yo no me siento limitado, tranquilo. Las personas tienen nombres que los identifican, que los sitúan en un contexto, en una familia, en una cultura… de ellos depende imponerse o no los límites.

OE: Es una buena perspectiva. El problema de las limitaciones viene cuando las circunstancias te juegan malas pasadas, soy experto en ello.

F: Luchar es lidiar con esas circunstancias. Gestionar la incertidumbre para aprender. Te lo digo yo que me he equivocado tanto o más que tú. Ese es el proceso de aprender: ajustar, adaptar

esgrima, fencing,eskrima…

OE: No sé. Para mi, luchar es seguir caminando. A menudo pienso ¿eres necesario hoy día?

F: No he conocido ningún periodo de la historia en la que yo no sea necesario. Todo el mundo lucha por algo. Ante esta realidad de nuestra naturaleza propongo: «Si todos luchamos por algo, ¿porqué no aprender a luchar?«

OE: Cuidado con lo que dices, puedes ser mal interpretado, ya sabemos como funciona esto. No todo el mundo entiende este concepto de luchar y aparece la palabra «maldita», VIOLENCIA.

F: Lo sé, para eso me creaste, con este concepto pretendes explicarme. Me gusta mucho tu ejemplo sobre la violencia. «Es como en Harry Potter, no nombrar al malo de la peli, no quiere decir que no exista. Compartimos todas nuestras ideas y experiencias, aunque para serte sincero, yo siempre me reservo el derecho al cambio. A ti te cuesta más. «.

OE: Sí, a ciertas edades se complican ciertas cosas. El dolor de espalda y de cuello lo hace a uno más irritable. Te das cuenta de que el cambio no siempre es bueno y de que ya van quedando pocas ganas de equivocarse…

sparring!!

F: Ya hemos hablado de esto infinidad de veces. Equivocarse es gratis, lo que cuesta es volver a levantarse.

OE: Sí, está claro. Hay que sobrevivir a tanto contratiempo, pero esto me cansa. Lo decía John Lenon: «la vida es esto que pasa mientras te afanas en lo contrario«.

F: Vaya, al final te has puesto fightlosofico. Parece que es una de «esas grandes verdades». La violencia, la agresividad, el instinto… son los pilares sobre los que se sustenta la supervivencia. Tú sabes de ello. Gestionar y entender el equilibrio entre conocimiento y puesta en escena, es lo que determina la capacidad de un movimiento que entiendo imprescindible.

OE: Movimiento ¡Qué grande es esta palabra! Lo decía Nong Baboy de San Miguel Eskrima: «La verdad está en el movimiento».

F: Sí, de eso se trata, de no pararse ante un «buenismo institucionalizado» ridículo. Entender esto, por desgracia, está por encima de las posibilidades inteligentes de una sociedad borracha de banalidad y miope ante un mundo que se me antoja realmente complicado, .

OE: Joder, eres incluso más pesimista que yo.

F: Bueno, yo diría que somos «críticamente pesimistas». No me culpes de tus miserias, puede que sean el reflejo hipócrita de la mayoría. No podemos escapar totalmente de Matrix. 

OE: Gracias por tu sinceridad hiriente. Según veo, la educación es nuestro último recurso.

F: Sí, «educa-acción». Es la base. La libertad. Tú lees mucho. Aprendes y me gusta que no te afilies a ningún movimiento u organización. Esto te limitaría, también en ocasiones te da ciertos tipo de problemas, lo sé. Admiro que seas fiel a esto que llamas Eskrima.

OE: Bueno, las armas no mienten, mienten los sujetos que «venden humo» con promesas que nunca van a ser cumplidas. Las armas, la Eskrima, te enseñan sobre ti mismo, son claras y concisas. Son «simples pero no fáciles» de manejar. Para mi, Eskrima resume todo lo que busco en la lucha. A veces estudio otros sistemas para enriquecerme, pero nunca pierdo de vista dos conceptos básicos: las armas y el combate.

F:  Eso de realidad, combate, armas… ¿no te cansas de eso? Suena todo como muy antiguo, muy pasado de moda, de otro siglo.

OE: Bueno, precisamente esto es lo que yo llamo tradición.  Esa que tanto critican los «modernitos del arte». Es la sensación extraña de ser como de otra época. Si miramos atrás en la historia, te das cuenta de que la red que sustentaba la sociedad estaba cimentada sobre conceptos que hoy parecen olvidados. Lo curioso es que la mezquindad contra la que se luchaba antes sigue vigente hoy en día, poco ha cambiado.

F: Creo que tú lo ves por tu «trabajo alimenticio» cada noche. En una puerta la agresividad, la iniciativa violenta, la falta de valores, la gente sin rumbo, la «etilidad encumbradora», la miseria del que tiene la conciencia alterada…

OE: La sociedad es como es, un reflejo de lo que siempre ha sido. La noche es eso, un tanto magnificado. No hay más. Todo esto ya ha pasado en la historia más veces, es una cuestión aburridamente cíclica. Podemos no querer verlo y alimentarnos con mentiras disfrazadas de verdad. No es lo que yo quiero mostrar. Quizás por eso naciste tú.

F: Nacimos nosotros y otros mucho como nosotros. Pocos, pero fiables. Suena añejo y romántico, pero es tal cual.

OE: Quiero pensar que sí. Es necesario menos frikismo malsano de superman disfrazado a lo «asian style», menos parodia abusiva de falta de inteligencia y más gente que busque que pruebe la cercanía y el sabor de la realidad y que de paso puedan mostrar esa experiencia a los que vienen empujando detrás. Es una responsabilidad.

F: Eres un poco pesado con esto de la realidad, ¿te das cuenta?¿Tan importante es la realidad? La gente se asusta. A pesar de vivir siempre con dolor, no quieren aprender de él.

OE: Nadie aprende a nadar sin meterse en el agua. No puedes enseñar lo que no has vivido porque entonces te conviertes en un mentiroso peligroso. Mis maestros dicen «Eskrima es un proceso doloroso». No es un buen negocio, no es para todo el mundo, es un baño de humildad. La realidad es relativa, pero te mata. Así que sí, soy conscientemente pesado, me da igual.

F: Ya veo ya. Podríamos seguir hablando, pero para dar vueltas sobre algo que tú y yo sentimos, prefiero continuar caminando. Sin hablar, escuchando. Si no te molesta lo haré siempre a tu lado, también al lado de otros que sientan como nosotros. ¿Te parece?

OE: Me parece muy buena idea caballero. Así sea.

F: Hay una frase que define este preciso instante: “Nolite dare sanctum canibus neque mittatis margaritas vestras ante porcos, ne forte conculcent eas pedibus suis et conversi dirumpant vos. (Matthaeum 7:6)”, lo cual podría traducirse al español como “No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen”. 

OE: Con la iglesia hemos topado !!! Me hacen gracia tus recursos.

F: Mis recursos son limitados, pero no tienen fin. Caminemos pues… continuemos en esta misma dirección.

Y seguimos mirándonos por un instante fugaz y cómplice. Continué con mi marcha, caminando y en paz. De vez en cuando sentía su/mi presencia y miraba al rededor. No sabía exactamente qué había pasado. Quizas todo era producto de un delirio. No le quise dar más importancia, todo seguía su curso. Como siempre avanzando, cambiando.

José Díaz Jiménez

Jose

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