Es algo que ocupa ciertos debates en clase y que os puedo asegurar he ido cambiando con el paso del tiempo. El caso es que entrenar lo suficientemente protegido es una buena forma de aprender, siempre y cuando no se pierda el foco ni la intención del fin último: el combate real.
Protegerse es de «nenazas».
Hace años pensaba que protegerse para entrenar era básicamente de nenazas. He pagado las consecuencias de este pensamiento absurdo . He recibido porrazos de los que siempre he aprendido y no siempre sentido orgulloso (experiencia del dolor).
Haciéndome más mayor, con el paso inexorable del tiempo, me he dado cuenta de que hay «niveles de impacto» que no todo el mundo quiere/tiene/debe asumir.
Bajar las revoluciones del machito que uno lleva dentro a veces es beneficioso para con la salud física del practicante.
En definitiva y como todos sabemos, hay que entrenar seguros para poder entrenar seguramente el resto de nuestras longevas vidas.
Con un foco adecuado, dando un pequeño rodeo dentro del arte y utilizando medios actuales, el arte se vuelve mucho más adaptable para cierto tipo de personas que directa o indirectamente pueden beneficiarse de la práctica de las armas dentro del concepto de Eskrima.
El único problema que veo a la hora de entrenar con protecciones es el estado mental que usemos en nuestra práctica. Esto marcará la diferencia entre un entreno adecuado y el estar engañándonos profundamente.
Estado mental.
Acercar el arte a la gente me parece importante. Más aun últimamente viendo el estado en el que se encuentra la Eskrima.
Con los años me he ido dado cuenta de que la gente tiene un miedo intrínseco al trabajo con armas (de impacto) y no todos van a asumir que la Eskrima es un proceso doloroso. Aunque puede que todo llegue con la práctica adecuada y la constancia forjada de forma progresiva con el entrenamiento adecuado.
En estadios básicos, proteger a los iniciados del arma y de sí mismo es una garantía importante y necesaria de continuación dentro de su formación como Eskrimadores.
Muchas personas cuando se protegen, inconscientemente se relajan. Pensar que al estar protegidos, al eliminar el factor dolor de la práctica, podemos descuidar aspectos fundamentales de protección y alerta es una gran problema.
No deberíamos modificar el estado mental de alerta por nada, las protecciones no vienen a sustituir sino a mejorar nuestra práctica real.
Una cuestión importante:
- Las protecciones mas caras no siempre tienen porqué ser las mejores. Buscad elementos que de veras os ayuden. Las «protecciones alternativas» que provienen de otro tipo de actividades deportivas suelen ser una muy buena opción.
Foco adecuado, mente combativa.
Todos podemos ver competiciones deportivas en las que los excesos de protecciones son realmente los protagonistas de situaciones dantescas y absurdas.
La «sobreprotección» del competidor en pro de un espectáculo bochornoso de porrazos sin control no me parece nada positivo para la práctica y difusión de la Eskrima. Es lo menos positivo que pueda imaginar.
Personalmente a las protecciones las identifico con procesos de evolución dentro de una práctica sana. Si vas a clase y todos los días te vas con una mano amoratada, o la cabeza abierta como un melón, tiene más que ver con una deficiencia en el sistema de entrenamiento que con que seas un «macho man» inmune al dolor (y permeable a la tontería).
Sin dolor no hay procesos en los que se fijen conceptos indispensables para la supervivencia.
La solución pasa por la experiencia combativa seria, real y puntual.
El exponerte de vez en cuando a un combate o sparring intenso, con mínimas protecciones, testará nuestra propia evolución de una manera indiscutible y personal.
Experiencia.
Si hablamos de Eskrima hablamos de procesos íntimos en relación con las armas, el dolor, los aspectos técnicos…
El protegerse más o menos (desde mi posición como profesor) me gusta dejarlo a la elección del propio practicante. Aun así soy de los que piensa que menos es más…
En resumen: menos protecciones mejor estado de alerta = mayor riesgo.
Por otro lado no niego que cada cual asuma el riesgo de relajarse en pro de una seguridad mayor para su integridad física.
Protegerse está bien mientras no pienses que vas protegido.
Si tus acciones van dirigidas al combate y por ejemplo haciendo un ejercicio de «sparring específico» te golpean en la cabeza, debes asumir que habrías tenido un serio problema en la vida real. Todo se reduce a la honestidad con uno mismo, a no engañarse y a reflexionar sobre la práctica (con protecciones) y sus resultados inmediatos.
Si observamos otras artes combativas como el Muay Thai, vemos como la mayoría de los entrenos van encaminados a proteger al peleador. Se ponen cascos, a veces guantes de mayor onza, coderas, espinilleras, protectores ventrales… todo va dirigido a no dañar al atleta, tiene su lógica. El «ThaiBoxer» tiene que pelear en el ring y debe llegar en óptimas condiciones.
- Llevados a nuestro terreno «Eskrimológico», si NO subimos a ese ring imaginario que se llama «sparring cercano a la realidad«, sin duda alguna estamos herrando en nuestra práctica.
Conclusiones.
La Eskrima no es una arte en el que se deba imponer nada. Es un arte antiguo, con metodologías muy prácticas que no son del gusto del todos. Eskrima hay que estudiarla desde diferentes perspectivas. Para evolucionar y como medida progresiva de aprendizaje las protecciones me parecen un gran avance.
Ser conscientes de qué trabajamos, cómo y para qué son asuntos cruciales para no desviarnos del camino.
A la hora de enseñar Eskrima estar protegido, sobre todo con los principiantes, es un tipo de seguridad fundamental para «sobrevivir» a la lección.
Siempre recuerdo aquella frase de «Eskrima es un proceso doloroso«. Entrenar con mínimas protecciones acorta el camino, atempera los nervios en situaciones reales pero ni debe ser, ni es para todo el mundo.
Dar un pequeño rodeo en la práctica de Eskrima & Arnis para aprender de la forma adecuada en los tiempos actuales y para lograr una difusión acertada del Arte me parece interesante. Adaptarnos para sobrevivir es la mentalidad clave en toda esta película.
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