Eskrima y el trabajo de contra-atacar.
Clase Eskrima grupal
Segunda clase grupal tras el confinamiento, la verdad es que Eskrima se me plantea como «medicina para el alma«.
A parte de la visita más que especial de mi niño a clase, el ver cómo el grupo se ha reiniciado con toda la energía necesaria para progresar me hace sentir especialmente bien.
El planteamiento de trabajo se centró en el concepto de «elástico» y «contra-ataque«.
Esto quiere decir: trabajo ofensivo a la contra. Dejar pasar o interceptar con dos conceptos que se van intercalando ya que una vez dejas pasar el ataque del contrario, debes contrar (interceptar).
Tres conceptos se repiten en esta idea de trabajo de «sparring específico« (seguid el link si queréis profundizar en este concepto):
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Capacidad de leer el ángulo del ataque contrario.
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Capacidad de leer la distancia en la que nos encontramos.
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Capacidad de desplazamientos y posicionamiento en relación a los dos puntos anteriores.
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Eskrima & sparring específico.
Un «Sparring específico« es una herramienta que suelo incorporar en clase buscando afinar algún punto concreto y necesario, saliendo de las limitaciones clásicas que un simple Drill puede ofrecernos.
No debemos confundir conceptos; la idea es trabajar «sparring con limitaciones pactadas», por lo que nuestra mente debe estar muy centrada en no salir de ahí, es un reto necesario y consciente.
Con este concepto (que se encuentra en otras artes marciales) queremos mejorar ciertos «aspectos específicos» de nuestro juego combativo y de ahí la idea de aislar el trabajo:
- En este caso hacemos un ejercicio de «elástico», añadiendo «desplazamientos cortos y lineales» en el que pretendemos ajustar/calibrar la distancia al máximo.
- La idea es «atacar a la contra en la cabeza» una vez pasa el arma del contrario e intentar dibujar con nuestra arma una trayectoria lo más lineal posible (ofensa-defensiva).
- Insertamos en nuestra mente la idea de «don’t get hit» que va a repercutir objetivamente en nuestros desplazamientos, distancia y actitud ofensiva.
- En este caso trabajamos con diferentes niveles de protección. Hay que tener presente que las circunstancias de cada uno son diferentes de ahí la obligatoriedad de ir adaptándonos a nuestros estudiantes.
- A pesar de ello hay que reconocer que lo ideal, en un nivel un poco más «avanzado», es trabajar con «armas reales».
- Para mi personalmente, este ejercicio cobra mucho más sentido cuando se trabaja con filo (machetes). A falta de él, la actitud es imprescindible, tanto en la forma de acometer la ofensa con el arma, como cuando somos alcanzado. Debemos prestar especial atención a la actitud (sobre todo si trabajamos con protecciones) y no relajarnos en exceso.
Es curioso (y raro), que una táctica tan simple y «segura», este tan olvidada dentro del mundo de la Eskrima.
Quizá es que el elástico es demasiado «simple»…
Desde luego su «simpleza» como herramienta, está a la altura de su poder combativo.
Gracias José.
Lo simple, al no ser fácil tiene sus cosas…