Si hay algo que desea un padre que se dedica a las artes marciales, en mi caso a la Eskrima, es pasar su legado a los hijos.
Más allá de limitar el espacio de libertad y desarrollo del niño hay que darles opciones. Si luego ellos deciden tomar otro camino hay que ayudarles a perseguir sus sueños con la misma ilusión.
Personalmente y tal como concibo Eskrima, la idea de educar en el movimiento trasciende cualquier tipo de estilo, formas rígidas o conceptos encasillados en el clasicismo marcial.
Libertad
La libertad parte del «descondicionamiento» y éste se sustenta en el movimiento y en el cambio.
Jugar es la base de una vida que nos pone a prueba constantemente.
Pasar tiempo con nuestros hijos quizás es lo que más sana el alma. Jugar y enseñarles a moverse es nuestro mejor legado.
Con esta perspectiva, la de educar, jugar y pasar tiempo con la persona más importante de mi vida, he ido creando vídeos en los que se puede ver cómo pretendo contribuir a componer una persona sana.
Esto me lleva constantemente a la reflexión.
Me topo cada poco con gente que se alarma o mejor dicho, se extraña cuando saben que juego a luchar con mi hijo.
Hacemos Eskrima, lucha y golpeamos cosas. También corremos, saltamos lo más alto que podemos y nos caemos muy a menudo.
Su destreza a veces me deja sin habla, otras me encoje el corazón. Cuando das espacio, un niño es más atrevido de lo que uno es capaz de soportar estoicamente.
Forjar su confianza es una cuestión de ensayo y error. Hay que dar un paso atrás, confiar, crear espacio para ayudar sin anular.
Igual que en Eskrima, la fightlosofia es cuestión de distancia adecuada. De saber estar en la posición correcta dando ejemplo. Y esto nadie te lo enseña…
Es un proceso de valor incalculable. En resumen:
Si uno enseña, dos aprenden.
En definitiva experimentamos con nuestros/sus límites y aprende hasta donde puede y debe llegar desde la acción.
Una vez más en todo este asunto la incultura y los prejuicios entran en juego, y esto no es nada alentador para nuestros niños. La educación física cada vez parece tener menos valor.
Ejemplos
Aquí os comparto otra frase que ilustra a la perfección lo que quiero decir:
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Educar
La raíz de la palabra educar proviene del latín educare.
Este término significa guiar y/o alimentar. Por desgracia hoy en día en la sociedad rígida en la que vivimos la educación se orienta hacia la imposición de reglas, normas y adquisición de conceptos que no hacen más que limitar al ser humano.
Pienso que deberíamos volver atrás en el tiempo, y rescatar el significado puro de la palabra.
Estoy totalmente convencido de que ser padre me ha hecho mejor profesor, mejor eskrimista.
El movimiento es fundamental, resulta ser la herramienta a través de la cual un niño o un estudiante aprenderá nuevos patrones motores.
En su sistema nervioso se van a crear conexiones neuronales que les permitirán ser más eficaces en otros aspectos cotidianos de la vida.
Para dominar el movimiento hay que moverse.
Para dominar el movimiento hay que moverse. El movimiento es un intermediario entre el niño y lo que le rodea, ofreciendo importantes herramientas para relacionarse con el entorno y desarrollar sus habilidades psicomotoras.
Si hablamos de lucha y de movimiento cerramos el círculo.
Hay tantos valores que enseñan las disciplinas combativas que necesitaría una entrada a parte. Eskrima tiene un talante terapéutico que trasciende el propósito del arte en sí.
De una cosa estoy seguro, si todo el mundo lucha por algo, incluidos nuestros pequeños, la mejor opción es aprender a luchar. Habría menos problemas de acoso.
Ahora os dejo unos cuantos vídeos e imágenes.
Puede que no tengan importancia, pero para mi son de los mejores momentos de mi vida: