Sigo escribiendo sobre la guardia. Recuerdo en términos generales que la guardia es una de las estructuras tácticas combativas más importantes del arte tradicional de la Eskrima.
En la entrada anterior hice mención a los tipos de guardia y las distancias en las que se podían encontrar. En esta ocasión me centraré en la Guardia cerrada o «serrada».
Guardia Cerrada.
Evidentemente tiene algunas ventajas, pero considero que es necesario un nivel muy fino en lo que respecta a coordinación y recursos técnicos para aplicarla con eficiencia en combate.
La dificultad básica está en que podemos sentirnos atrapados (por nosotros mismos o por nuestro adversario) con muchísima facilidad al adoptar una posición en la que nuestras herramientas fundamentales (nuestros brazos) están en una posición cruzada.
Pensando en combate, la posición cerrada debe estar lo suficientemente abierta como para «desenredarnos» fácilmente y poder «jugar» con eficacia. Esto juego vendrá determinado por un estudio concienzudo de nuestra posición y mecánica corporal. Aquí la palabra clave será propiocepción.
La velocidad de reacción y como antes dijimos, ser conscientes de nuestro posicionamiento es fundamental para aplicar este tipo de guardia.
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Guardia Cerrada. Distancia larga.
En esta distancia y a mi entender, es donde más sentido tiene la guardia cerrada. El desarrollo de potencia desde esta posición junto con la versatilidad de los cambios de ángulos serán prioritarios como puntas de lanza en este tipo de estrategia.
Donde más he trabajado este tipo de guardia ha sido en el estilo 1-2-3 De Campo Orihinal. El posicionamiento del arma en conjunción con la mecánica del cuerpo hace que, a pesar de adoptar una posición cerrada a ojos del adversario, la estrategia dibuje trazos hacia una apertura inminente.
Cerrar la guardia es totalmente lícito y necesario en nuestros lances. La guardia cerrada suele ocurrir cuando finalizamos un golpe (en cualquiera de los ángulos ascendentes o descendentes) y mantenemos la posición cruzada (cerrada).
La idea de esta posición como estrategia pasa por el concepto de lo que viene a llamarse ataques por inducción. Crear aperturas desde nuestro posicionamiento y preparar nuestras contras.
Es cuestión de poner en práctica. Repito, en Eskrima, considero que no hay reglas a seguir como normas inquebrantables: «la supervivencia no se sustenta sobre conceptos rígidos.»
Seguro que muchos de vosotros os sentís mucho más cómodos en una posición cerrada, y es totalmente comprensible.
En definitiva todo depende de la perspectiva de combate. Probar posiciones y alimentar aquello que se vaya amoldando a nuestra forma personal de combatir. Ésta es la clave del éxito hablando de armas. Nadie va a luchar por ti en el momento de la verdad.
Posibles variaciones.
La única «variación» teniendo como referencia la «guardia abierta» es el gesto cruzado de nuestros brazos que podemos observar en la imagen destacada y la «angulación» de nuestro cuerpo para dejar espacio a que las armas salgan de su posición.
El resto de la posición será idéntica a cuando estamos en «abierta».*
En distancia larga, la guardia cerrada, suele verse con más claridad cuando desarrollamos el trabajo de «dos armas». Personalmente uso esta guardia o posicionamiento de una forma más residual.
Os recuerdo que ya tratamos en la entrada anterior el asunto de que consideramos una posición abierta como más versátil y ofensiva.
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Guardia cerrada. Distancia corta.
Ser ofensivos y en cierta medida agresivos en guardia cerrada significa poner en práctica una estrategia de movimiento determinada por la inducción o la apertura de ángulos. Será una posición mucho más incómoda en tanto en cuanto podemos quedar atrapados con mucha más facilidad. Debemos tener la sensibilidad de nuestras extremidades muy bien sintonizada.
Es imprescindible tener una conciencia clara de nuestro posicionamiento, mucho más plegado, para desarrollar una buena guardia cerrada. Suele ocurrir que al principio podemos llegar a atraparnos nosotros mismos.
En distancia corta yo personalmente no hablaría de guardia cerrada ya que es tan constante la transición de abierta a cerrada y viceversa que no pienso en una posición claramente definida como cerrada.
Hay una línea central «imaginaria» que hay que cuidar para no traspasarla o invadirla de forma inconsciente.
Hago especial hincapié en que como estrategia, la guardia cerrada en distancia corta debe conjugar «conocimiento táctico» y experiencia en sparring. Se usa bastante al aplicar Eskrido debido a la necesidad de crear ángulos desde los que desarrollar estrategias de palancas, atrapes…
Todo dependerá del grado de control que ejerzamos sobre nuestro oponente y de cómo gestionamos nuestro posicionamiento (mecánica corporal). Cerrada o abierta, nuestra Eskrima y la guardia que profesamos debe ser ofensiva & agresiva.
Para finalizar y como dato curioso, quiero hacer referencia a cómo la idea de una buena guardia (de todos los tipos) es tan importante que trascendió el mundo de las armas (la esgrima concretamente) y hasta hoy han llegado a nosotros, en nuestra forma de hablar coloquial, expresiones tan significativas como:
- «estar en guardia» haciendo referencia a estar atentos a los acontecimientos.
- «bajar la guardia» haciendo referencia a no relajarnos ante algunas situaciones.
Como dijo el escritor latino de la antigua Roma Publilio Siro: