Cuando los retales de una historia poco conocida se unen a la «causalidad» de encuentros y señales que parecen venir de un universo que pocos entendemos, no queda más que moverse con audacia para no perder ese timing tan perfecto que me empuja a saber y a dejar constancia escrita de una anécdota interesante donde las haya.
Para encontrar tan sólo hace falta ponerse en movimiento y cuando uno tiene en mente proyectos que engloban viajes y sueños por cumplir, todo empieza a ordenarse (nunca mejor dicho). Esta es la historia de un héroe real, casi olvidado por nuestra tierra y ahora en forma de tributo, presente en Orihinal Eskrima.
Buceando en las redes encontré una noticia que me llamó la atención. Sumando historias, son ya muchas las coincidencias, y no creyendo yo mucho en las paranohias del absurdo, Málaga se me antoja muy presente en algunos trazos de la historia de Filipinas. Echad un vistazo si queréis a la entrada que hice hace poco sobre el malagueño Ruy López de Villalobos.
La historia es que desde finales de Marzo de este año (2016) han enclavado una estatua del héroe nacional Filipino Don José Rizal en el puerto de Málaga. Teniendo en cuenta mi pasión por la historia, no quedaba por más que ir a buscar el sitio exacto donde la había situado e investigar sobre la vida de este hombre, es ahí cuando empiezan las conexiones y la idea para un artículo (que dividiré en varias partes) para el blog.
Después de Madrid Y Barcelona es en Málaga donde más Filipinos hay censados de toda España, esto junto a la actividad del puerto (llegan muchos barcos con tripulantes Filipinos), hizo que Filipinas, representada por la cónsul Rosa Agüera, quisiera hacer el regalo de esta estatua a la ciudad de la «Costa del Sol». La imagen ha sido realizada por el también malagueño escultor Juan Vega. Ha sido la primera estatua pública, de orden civil, que realiza el escultor. Su especialidad ha sido siempre la «imaginería Cristiana».
El embajador de la República de Filipinas en España, Carlos Salinas; el autor de la escultura, el Presidente de la Autoridad Portuaria de Málaga, Paulino Plata; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre y el delegado del Gobierno Andaluz, José Luis Ruiz Espejo, así como autoridades civiles, militares y cuerpo diplomático acreditado inauguraron el monumento.
Las causalidades lo abarcan todo y dejando aparte creencias y curiosidades personales, me di cuenta de que la estatua de José Rizal está enclavada en la misma calle que otra estatua, la del malagueño Antonio Cánovas del Castillo. Éste, como presidente del Consejo de Ministros en su época, fue responsable directo del fusilamiento de Rizal en 1896. El Ministro pretendía acabar con las guerras ultramarinas coloniales con mano dura. Podemos ver la escultura de Cánovas del Castillo a un km de distancia siguiendo el «Paseo de los Curas».
El pasado 19 de Junio se cumplieron 155 años del nacimiento del ilustre y héroe filipino Don José Rizal. Un recuerdo que se va difuminando a lo largo de la historia, quizás por la lejanía antípoda de unas islas que un día fueron España. Una memoria que a duras penas es rescatada, ya que la biografía del filipino no presenta hechos de guerra ni gloriosas hazañas militares como las de otros libertadores. Sus señas de identidad pasan por ser un intelectual, hombre de letras y científico. Esgrimista y al menos conocedor de la Eskrima y del Buno (un tipo de lucha filipina) que practicó para mejorar su débil condición física en su juventud, escribe en «Memorias de un estudiante«, con respecto a su experiencia en la escuela primaria: «El hijo de la maestra era unos años mayor que yo y me superaba en estatura… Después de golpearlo en una pelea, he ganado fama entre mis compañeros de clase, posiblemente a causa de mi pequeñez«. Fue un hombre de su época, culto y que por su trayectoria es digno de mención en este Blog.
Don José Rizal era mestizo, y en él se cruzan los linajes malayo, chino y español. Conocido como «Pepe» en sus círculos familiares, Rizal comenzó a ser instruido por su madre. Tras recibir en 1877 su título de Bachiller en Artes por la Universidad Ateneo de Manila, fue en la Universidad de Santo Tomás, gestionada por la orden dominica, donde inició su carrera en Filosofía y Letras. Cuando supo que su madre se estaba quedando ciega, estudió oftalmología. Deja Filipinas para estudiar en Europa, con una fuerte oposición paterna. Su primer destino fue Madrid, donde convalidó asignaturas, tanto de Medicina como de Filosofía y Letras, llegando a graduarse cum laude. Luego trabajaría durante unos meses como asistente de oftalmólogo en una clínica de París y, posteriormente, en Heidelberg (Alemania) donde trabajó como oftalmólogo. Rizal también era masón, uniéndose a la Logia Acacia nº9 en España y donde se convirtió en maestro masón en 1884.
La lealtad de Rizal hacia España en esta época era férrea. Lejos de ser un revolucionario, las tendencias políticas del momento apuntaban a que se produjeran reformas administrativas para las islas, entre ellas que se considerara Filipinas como una provincia española de pleno derecho. Esto significaba el final del estatuto colonial y el fin de la tutela clerical, que impedía la modernización y progreso de las islas.
En Madrid se constituye como líder del movimiento «Propaganda».
El programa propuesto comprometía los privilegios de los colonos españoles. A sus 25 años Rizal publica su primera obra titulada Noli me tangere, en la que retrata sin medias tintas lo que él considera una colonización injusta de su patria. La publica en Berlín porque resulta demasiado subversiva en la España de la Restauración, sobre todo viniendo en aquellos momentos de un joven y desconocido filipino. Como escritor colabora con algunas revistas de corte político. A los 30 años publica la segunda parte de su primera novela, la titulará Los Filibusteros. Igual de crítica, igual de perseguida por una censura e igual de desconocida en España. Mientras que las novelas de Rizal se difunden en inglés y se venden por cientos en Filipinas y en países de lengua inglesa, resultan casi imposible encontrarlas en su lengua original, la española. Hace poco se ha reeditado en Español la novela «Noli me Tangere«, proyecto abordado por la fundación local Vibal con la colaboración del Instituto Cervantes.
Cuando Rizal regresó a Manila en 1982 la fundación Liga Filipina lo acusó de subversión y se le condenó al destierro en Dapitán, en la isla de Mindanao. Durante su exilio Rizal fundó una escuela y un hospital. Mientras tanto, en 1896, el Katipunan, una sociedad clandestina independentista, iniciaba una revolución nacionalista inspirada en ciertas frases patrióticas sacadas de las novelas de Rizal. El joven médico había obtenido una plaza de médico de campaña en Cuba (envuelta en una guerra de liberación nacional), de parte del Gobierno español. Rizal fue arrestado a bordo de la nave que le llevaba a España, es conducido a Barcelona. Se recibe una orden para que lo lleven de regreso a Filipinas. Una vez allí a Rizal se le acusaba de haber instigado la revuelta y de querer tomar contacto con los independentistas cubanos.
El final de toda esta historia y vida de nuestro protagonista es lo que más se conoce. Por presiones de las órdenes religiosas (dominicos y franciscanos) Rizal fue acusado de revolucionario. Fue condenado a ser fusilado en el parque de Bagumbayan (ahora Parque Rizal), en Manila Capital. En la madrugada del 30 de diciembre de 1896 asistió a una misa con Josephine Braecken, una joven belga con la que contrajo matrimonio. Antes de su ejecución, pidió que no se le vendaran los ojos y que le fusilaran de frente; lo primero se le concedió, pero se le negó lo segundo, por traidor. Con todo, antes de los disparos Rizal se volvió hacia el frente; caía así, mostrando convicción en su propia rectitud.
Dos años después, junto con Cuba y todas las posesiones del Pacífico, el archipiélago pasa a manos estadounidenses y Rizal se convierte en padre de la patria, mientras que el uso de la lengua española, en la que él fue un maestro consumado, empezó a declinar. El español siempre estuvo presente en la cultura Filipina, mantuvo su estatus oficial junto con el inglés y el tagalo hasta 1973 (mantenía este estatus desde 1571). Después de 1973 se elimina el español como idioma oficial y en 1987 es también eliminado como asignatura obligatoria en la universidad.
José Díaz Jiménez
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