Hay mucha gente que aterriza en la Eskrima ( la mayoría pensando que es «eso de los palitos «), mi conclusión después de todos estos años es que son pocos los que la entienden y menos aun los que se quedan. Siempre he pensado que este Arte tiene sus propios filtros, que no es para todo el mundo y que en diferentes fases y para diferentes personas, lo que permanece sin excepción, es que si te quedas; será un proceso simple, doloroso y nada fácil.
En los casi 12 años que llevo compartiendo «mi» Eskrima con la gente, he podido ver todo tipo de perfiles que se han acercado a la Eskrima, las motivaciones han sido muy diferentes y los resultados, la mayor parte de las veces han sido los mismos: o te quedas ( un porcentaje muy bajo) o te vas ( gracias a dios). En todo este ir y venir de personas, personajes y personajillos, he podido aprender mucho de las experiencias tanto buenas como menos buenas. Siempre hay algo que sacar en claro de todo lo que va sucediendo y sin duda la Eskrima tiene muchas y muy buenas herramientas( lo que, como antes dije, me gusta llamar filtros…) para solucionar cierto tipo de «problemas», sobre todos los derivados del «Ego marcial» y es que como dice mi buen amigo, el señor Ramal: «un varazo a tiempo siempre ilumina el camino» a lo que a mi me gusta añadir: «está claro, el camino de salida».
La norma…por no decir «lo normal» es que se acerquen personas que ya han tenido una experiencia, bagaje o trayectoria marcial anterior, lo cual directamente los situa en la dificil tesitura de tener que desaprender muchas cosas, a veces demasiadas y es justo ahí cuando empiezan las historias con uno mismo, las frustraciones, los aburrimientos, los encasillamientos. Entiendo que no es fácil romper con lo anterior, aunque por otro lado pienso que venimos a este mundo precisamente para caminar en la dirección opuesta con respecto a todo lo que nos limita o simplemente romper con nuestro pasado, con nuestras «malas» herencias…tendremos así que tomar la dirección contraria, desechando todos esos lastres que nos limitan y que si no dejamos atrás, terminarán por frenarnos definitivamente.
Hay casos que me han sorprendido tanto por exceso como por defecto, el ser humano tiene esa capacidad infinita del absurdo que no suele abandonar con los años y que sin ellos saberlo los convierte en bufones de un reino sin remedio. El que viene con la taza llena se irá con la taza llena, no hay peor actitud para aprender que la de querer sumar y/o colecionar condicionamientos.
Desde mi nada privilegiada posición he podido ver un desfile interminable de personas que tal como han llegado se han ido…al principio me frustraba y no entendía nada, cambiaba horarios, formas de enseñar, de entrenar e incluso de lugar: el resultado siempre era el mismo, solo unos cuantos continuaban. El tiempo y los buenos consejos, te enseñan la máxima de que ésto no es para todos y que el esfuerzo y la dedicación no siempre está bien valorado; el porcentaje de personas que continúa Eskrima es demasiado bajo como para ni tan siquiera prestarle atención. Hace nada leía un artículo relacionado con el Jiu Jitsu, un profesor decía que había visto pasar miles de personas por su academia pero que muchos, la mayoría lo dejaban por el camino…hacía referencia a que tan solo un 3% de todos los inscritos llegaban a cinturón negro…curioso, una vez más, queda claro que el Arte de verdad tiene sus propios filtros a pesar de modas y tendencias.
Para mi la gente de la Eskrima es la gente auténtica, ese buscador incansable que es capaz de romper con los paradigmas del pasado y retomar el camino. Los verdaderos Eskrimadores son la gente que vive con pasión y lucha con todo para preservar el Arte desde el respeto a las Armas. El arnisador es el que se relaciona con el dolor, lo mira a los ojos y no le teme. Para mi el eskrimador es el que respeta a otros grupos, estilos y Artes, pone su foco en la tradición y trabaja con seriedad desde el estudio concienzudo de la Ciencia que supone la Eskrima para mejorarse ellos mismos, no solo como guerreros, sino como personas íntegras…los demás, los otros, los que venden humo…como antes dije, me parecen simples bufones.

Aquí padre e hijo dos ejemplos de constancia y coraje…el señor Miguel a sus 68 años ( toda una vida dedicada a otras Artes Marciales), inició su andadura en Eskrima y a pesar de tener que desaprender muchas cosas, es de las personas más contante y conscientes que he conocido…
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