Transferencia o interferencia en Eskrima.

Enseño golpeando, la Eskrima es eso: golpear. En ocasiones pretendo que mis golpes tengan forma de palabras, anécdotas, historias. Últimamente me gusta entrenar al abrigo de los árboles que circundan la Alcazaba de Málaga.  

A la sombra de una historia antigua de otro mundo que formó parte de lo que somos hoy día. Ahí lo ancestral, la ciudad vieja me hace sentir una energía muy especial, rodeado de naturaleza, cerca y lejos de todo, así me inspiro para luchar, enseñar y escribir. Mi ideal de entreno está cerca de la madre tierra.

Pensamientos.

Soy de los que piensan que el pasado es una hoja de ruta por la que hemos transitado y que no debemos olvidar, pero sí trascender. Considero que practicar otros estilos de artes marciales y a la vez Eskrima no es negativo, todo lo contrario. Eskrima es uno de los sistemas más permeables que conozco, su identidad es mestiza por naturaleza.

Es un arte completo y poco conocido, a pesar de lo que muchos predican no necesita ser mezclado con otras historias para ser funcional sin Armas. Después de algún tiempo enseñando Eskrima puedo afirmar que hay algunos estilos de artes marciales que beneficiarán notablemente nuestra Eskrima (transferencia) y otros que nos frenarán en exceso (interferencia).

El agarre del arma.

Hay sistemas marciales que pueden influir y de hecho a lo largo de la historia han influido a la Eskrima. Sin embargo para mi, la transferencia suele darse a la inversa, «la culpa» de esto evidentemente la tienen las Armas.

El Eskrimador es capaz de adaptar y transferir conceptos desde las armas a manos vacías (sin inventar nada) y aplicarlos a situaciones reales desarmadas. Al revés suele ser más complicado.

Imparcialidad y mecánica corporal.

No es cuestión de imparcialidad. Hablamos de mecánica corporal, de entendimiento del movimiento, de la sensibilidad en la distancia corta con armas, de la mente puesta al servicio de la estrategia, de la conciencia de peligro, de los atributos de percepción, velocidad, potencia …

Sobre todo hablamos de que un porcentaje muy alto de personas que cuando tienen un arma en sus manos sienten que es un apéndice ajeno a ellos, algo extraño, mientras que un Eskrimador se reconoce como tal aun sin llevar armas.

Un Maestro hace años me preguntaba: «Si estás en una batalla y pierdes tu arma ¿qué haces?«, yo le dije: «continuar luchando aunque no tenga armas«, me replicó al instante: «mala decisión, ¡busca otra arma inmediatamente!».

Para mi fue revelador, este es el ADN de un Eskrimador.

Manos vacías en Eskrima.

Normalmente cuando la gente intenta hacer cosas de sus estilos de manos vacías en un contexto armado se producen grandes interferencias, que no solo ponen el peligro al practicante, sino que no lo dejan avanzar. La batalla ancestral se basaba en las armas y por algo será.

Como ya he comentado otras ocasiones, Eskrima tiene sus propios filtros. Estos son los que hacen que la gente continúe entrenando o se marchen. Uno de esos filtros es la frustración: en este caso representado por las interferencias.

Es muy interesante analizar este concepto en tu práctica marcial (o en la vida misma) y entender qué tipo de transferencias o interferencias estás teniendo en tu camino.


José Díaz Jiménez

Jose

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