Transferencias en Eskrima; de las armas a manos vacías (vídeo).
En Eskrima siempre me encuentro el mismo comentario, la mayor parte de las veces entiendo que es producto del desconocimiento:
«Jose eso de lo palos está muy bien, pero tú no vas a ir con un arma por la calle.»
Mis respuestas suelen ser variadas, depende del absurdo del momento. Depende de con quien esté hablando, de qué tipo de arma él piense que puedo llevar, de lo que entienda por «un arma», o incluso de lo que entienda por autodefensa…
El caso es que todos coincidiréis en que evidentemente se trata de un desconocimiento total de Eskrima y de la forma que tenemos de trabajar.
Eskrima y Magtutudlo Ramon.
En este asunto siempre recuerdo una respuesta Magtutudlo Ramon a una pregunta similar a ésta, y que tenía que ver con el trabajo de bastón y manos vacías.
Él solía repetirme:
«Eskrima es movimiento y las manos siempre se están moviendo cuando trabajas con armas, la transferencia es evidente»
Luego resulta que no es tan evidente y entender los procesos de las armas considero que lleva implícito un largo camino de madurez en el trabajo con armas, que lleva insertada en sí misma la «obligatoriedad» de acercándonos a la versión más extrema de «sparring con armas» para entender su esencia.
Yo suelo resumir el asunto con una frase que encierra algo interesante con respecto a la esencia del movimiento:
«Eskrima es un trabajo de manos vacías pero con armas en las manos»
Si analizamos la perspectiva una vez más, fijando nuestra atención en el concepto «movimiento», nos daremos cuenta de que el punto de conexión entre que algo funcione o no, con y sin armas es ponerlo en práctica, desde el combate.
Ahí está la clave y ahí es donde vamos a fijar nuestra idea de «posibles transferencias.»
El problema constante.
El problema es que mucha gente hace practicas de «manos vacías» en Eskrima y están muy viciados y contaminados con otras artes marciales como Silat, Kenpo Wing Chun… (lo que deja claro el poco conocimiento real que tienen en Eskrima) pero no se «lanzan a la piscina» para comprobar «in situ» si aquello que están practicando (y adornado) tiene o no tiene sentido en una «agresión real.»
Bajo mi punto de vista y como todo en la vida, para mejorar en algo hay que centrarse en ese algo concreto.
Me explico.
Hay que ser «específicos»:
- En «manos vacías» debes trabajar «manos vacías», poner a prueba las cosas, ponerte los guantes, luchar y experimentar. Intentar dar vida a lo que estás trabajando, sin perder de vista la realidad es fundamental, no hay otra. No hay nada mejor para descubrir tu verdad que ponerla a prueba con resistencia.
- Si quieres ser bueno con «armas de impacto», debes trabajar con armas de impacto. Hacer sparring en diferentes circunstancias, entender las distancias, entender los procesos armados, el cambio de mentalidad, el cambio de peligrosidad, el cambio de velocidad y ángulos que éstas imprimen…
- Si quieres ser bueno con «el filo», pues debes trabajar con filos, es simple de entender. Todo se simplifica, los movimientos se recuden a los estrictamente necesarios, buscas economizar tus acciones al máximo.
Vamos a ir asumiendo algo simple: «No hay ningún secreto, sólo hay trabajo duro y constante.»
Diferencias constantes.
A mi más que de diferencias, me gusta hablar de «ajustes.»
Es decir, cuando trabajas con armas (en cualquier distancia), las características de estas van a suponer un gran proceso de adaptación al combate. Hablo de longitud y distancia, forma específica y adaptabilidad, hablo de filos, de impacto…
Cuando pretendo trasladar algún concepto de armas a «manos vacías» (tengamos presente que este es el orden y no al revés ya que no hay apenas transferencia) no puedo perder de vista este mismo proceso de adaptabilidad con respecto a las características específicas de una agresión sin armas.
Voy a simplificar muy mucho:
Es muy probable que alguien pueda soportar un «buen puñetazo en la cara», el efecto que produce éste en una situación real es impredecible porque intervienen factores ajenos a lo que puede ser una competición, pero si a esa misma situación, incluso en la misma trayectoria del puño, le añadimos un cuchillo, la cosa cambia radicalmente (a peor).
Para entender qué pasa en cada situación, simplemente debes planteare esa situación con la perspectiva adecuada y con matices diferenciadores que van a definir su funcionalidad.
Tres vídeos de Eskrima en «slow motion.»
El motivo de esta entrada es compartir con vosotros la inquietud que surge cuando en mi práctica personal observo los tres vídeos que ahora comparto y en los que pretendo trasferir una secuencia de movimiento (como siempre aleatoria y a gusto de consumidor) de un contexto armado con un bastón, a un cuchillo y a «manos vacías».
La perspectiva de este trabajo parte de mi proceso de entrenamiento y entendimiento con respecto al puro y más estricto concepto de movimiento como tal, trascendiendo incluso la idea de la Eskrima en sí y de las armas en concreto.
Cuando exploro en este sentido, resuena en mi mente con mucha fuerza la frase del Nong Ben, Maestro de mi Maestro y una de las figuras principales del Club Doce Pares Orihinal allá en la «época dorada» de la Eskrima Cebuana:
«La verdad está en el movimiento»
Aferraros a esta frase como proceso de crecimiento técnico, pero también personal.
Considero que todo cambia en Eskrima y en la concepción de la autodefensa si somos fieles al concepto del movimiento como herramienta que está por encima de estilos y estructuras fijas.
“José eso de lo palos está muy bien, pero tú no vas a ir con un arma por la calle.”. Un Eskrimador no es tal, sino ha escuchado este comentario al menos cien veces 🙂
Esta sentencia me ha gustado mucho: “Eskrima es un trabajo de manos vacías pero con armas en las manos.”
Gracias!!!
Totalmente, los típicos clichés que están entre la ignorancia y el atrevimiento a opinar sin saber, muy típico de éstas tierras.
Abrazako!!