Hoy es un día muy especial por muchos motivos…algunos más personales y trascendentales que otros…las «causalidades» han echo que precisamente hoy 8 de Mayo, haya sido la primera vez que he solicitado un Visado para viajar y «trabajar» en un país ( Ecuador) y en mi «accidentado camino hacia el consulado”…he aprendido alguna lección.
La mañana empieza temprano, como casi siempre a las 7 en pie…dicen que a quien madruga dios ayuda, esto aplicado a un no creyente confeso en un Dios barbudo y vestido con túnica, todo poderoso Cristiano, resulta gracioso. Lo cierto es que así ( pegándote un buen madrugón), el día cunde mucho más.
Hoy tenía entreno de Brazilian Jiu Jitsu ( hasta dentro de un mes no entrenaré con mi profe y la verdad que me da «pena»)…tengo que mejorar ese aspecto de mi «juego» dentro de la lucha y con mis renovadas ganas ( hoy además estrenaba pantalón de kimono y eso me molaba…) le pongo empeño, aunque la edad se hace notar. Ok no soy un viejo, pero tampoco soy ya un chavalín y esto de revolcarse con alguien que sabe más que tú y no poder hacer más que fuerza ante mi impedido nivel técnico, pasa su facturilla cuando llegas a casa, te duchas, te sientas delante del portátil y justo en ese momento…¡¡¡ el cuerpo te chilla !!!
El caso es que el tiempo de entreno voló literalmente y de repente me vi casi corriendo para llegar a tiempo al consulado, necesitaba mi visado y yo ahí con todos mis papeles en regla me dirigía a conseguir el preciado objetivo…lo curioso es que al salir corriendo, uno deja de ser consciente de muchas cosas… los nervios, el pulso acelerado, no ves nada de lo que te rodea…sabes a donde vas, pero casi ni por donde.
Cerca, muy cerca de donde entrenamos ahora en Fluxus Málaga, está el conservatorio de música y se escuchan como tocan los instrumentos, la música sale de forma libre por las ventanas ( abiertas de par en par por el calor primaveral ) de las clases agolpadas en un edificio feo, cuadrado y antiguo pero lleno de arte.
Yo con la mochila a cuesta, sudando aun, pensaba en que todo saliera bien en el consulado, pensaba en lo que recién entrené, como aplico esto a mi Eskrima…en definitiva yo era una mente dispersa en mil asuntos que en realidad no tenían mucha relación entre ellos. De repente y sin saber exactamente porqué, me vi andando más lento…como por inercia disminuía la amplitud del paso y poco a poco me fui deteniendo…en estos momentos no era del todo consciente de que estaba escuchando casi ensimismado una melodía que se me antojaba extremadamente cautivadora…ni tan siquiera podría describir qué instrumento musical sonaba ( tengo una gran incultura musical, sobre todo clásica), pero imaginaba vívidamente quien sería el que o la que tocaba aquella melodía que detuvo todo por un instante…no sé cuanto tiempo sería, puede que segundos, seguro que fueron segundos, pero aquello me impactó, me afectó¿cómo algo tan bello puede furtivamente escaparse sin intención ninguna y lograr que alguien que no sabe de música se detenga…que detenga el torbellino de su mente y se calme?
De nuevo y casi de golpe volví a la realidad, el tiempo, voy tarde, ¡ corre de nuevo ! La música está bien pero tú tienes una cita importante, tienes que construir algo importante, así que vuela…ni corto ni perezoso, me puse a correr literalmente por las calles de Málaga infestadas, como no, de walking dead ( personas que no saben a donde van y caminan sin rumbo ni vida posible). Esquivaba a todo tipo de elementos viandantes, incluido perros, niños (o en su defecto los carritos sin licencia que portan sus «bellas» y ensimismadas madres) , o a personajes varios con una incultura que estremece al más pintado. Justo en ese instante entre el barullo y el trasiego del ir y venir consumista de una zona muy comercial del centro histórico, me tranquilizó mirar el reloj : a esta alta velocidad de crucero llego a tiempo, ya te digo que llego…así, entre obstáculos animados e inanimados transcurre la caminata hasta que me topo de frente con un señor que anda muy despacito, muy mayor, con su bastón al son de su paso…el hombre que me ve de lejos, me observa y pasando junto a él me dice con un típico acento Malagueño «chiquillo donde vas tan rápido que vas a tropezar» y me sonríe de buena gana.
De repente me vi andando lento, disminuyendo el paso por segunda vez en esta carrera contra reloj y ahora no era la música, no era ni tan siquiera este señor…era una voz por ahí dentro que me decía: » Aprende sobre la velocidad y el timing»…este es uno de esos momentos en los que empiezan las ideas a agolparse en mi cabeza, no puedo apuntar nada y encima sé que voy a hablar de otras cosas y puede que se me olvide todo…así soy yo.
Ahí me tienes apuntando cosas en mi móvil del jurásico en plan mensajito guardado en borrador en los escasos momentos que había entre trámite y trámite de mi visado para Ecuador ( X3M Fight me espera, este paso es importante, en el consulado me trataron mejor que bien, muy profesionales y atentos,¡¡ gracias!!). De todo esto empecé a sacar una gran lección de mi «accidentado camino hacia el consulado» y es que a veces uno tiene que correr, tiene que utilizar la velocidad y otras, muchas otras, uno tiene que saber ir lento y sentir lo que te rodea. Lo que va a determinar que esto ocurra es el Timing, es decir: lo más complicado es saber reaccionar, saber elegir que velocidad tengo llevar en cada momento.
A veces la vida nos empuja tan rápido que sentimos haber perdido el tiempo…pero es cierto también que a veces saber elegir rápido y bien en una situación de agresión y/o supervivencia, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte o simplemente la diferencia entre poder avanzar en la vida unos cuantos pocos pasos ( no hay caminatas en los que se llegue a buen puerto en pocos pasos) o retroceder tanto que no sepas ya ni donde estás.
Todo se reduce una vez más a ser conscientes, a estar alerta y a vivir…con esto quiero decir que a veces tengo que saltar o volar para luego poder parar y observar lo que me rodea, pero esto nadie te lo enseñará. Nadie será capaz de decirte cuando tienes que pararte delante de una ventana a escuchar una melodía de un estudiante de conservatorio al que nunca conocerás (sabiendo que luego te espera una carrera a toda velocidad ¡con lo que eso cansa!)…ni nadie te enseñará cuando tienes que salir corriendo para que la vida no te atrape con sus garras y te convierta en un walking dead de las calle malagueñas.
Serás tú y solo tú el que elijas que vida vivir y será corriendo cuando tuviste que parar, habiendo aprendido la lección o parando cuando tuviste que salir corriendo y así reconocer tu error. Porque al fin en una situación de supervivencia nunca estás preparado al 100%, ante la vida nunca estás preparado al 100% y lo que tenemos que empezar a reconocer es que casi todas las lecciones importantes de nuestra vida, esas que te transformarán para siempre, vendrá después de que el problema haya pasado…a esto se le suele llamar EXPERIENCIA. y será la esencia de la vida, de tu vida.
Así que no dejes que te cuenten como es y empieza hoy mismo a rodar por el suelo, finaliza y que te finalicen, aprende a caer para poder levantarte, coge un arma: golpea y sé golpeado y lucha, sobre todo lucha ( no dejes que te engañen los de la new age profetizando dolor y frustración cuando en realidad la paz es la capacidad de controlar el conflicto), porque como decimos: ya que siempre luchas por algo en la vida, lo más inteligente es que aprendas a luchar…te aseguro que comenzarás a reconocer esos instantes en los que pararte a observar y comenzarás a reconocer esos instantes en los que salir corriendo, para al fin y al cabo sobrevivir a ti mismo.
La vida está llena de preguntas cuya respuesta es mejor que encuentres tú mismo…te has cuestionado alguna vez ¿Por qué o para qué aprendes? en Fightlosofia ya lo hicimos.
José muy buen artículo y reflexiones, algún día tenemos que trabajar en cómo aplicar la sabiduría de las artes marciales al mundo de la empresa, creo que muchos aprenderán (aprenderemos) nuevos enfoques.
Te deseo muchos éxitos en tu nueva aventura.
Un abrazo…..desde enfrente de tu casa. 🙂
Muchas gracias Jose, con el nombre que tiene tu empresa, Musashi, ya seguro que aplicas en su esencia la filosofía de las Artes Marciales…a eso le añadimos que no eres precisamente un neófito el enfoque está asegurado…sin duda el Arte de la Guerra fue, es y será sobre estrategia y hablando de la empresa y sobre todo de la vida…es cuestión imprescindible. Un abrazo muy fuerte desde mi casa 😉 , ya te contaré la experiencia Andina.
Brillante extremadamente brillante. Artículos como este son los que marcan la diferencia. He de confesar que tu blog es un pozo de sabiduria. No solo por lo que escribes, sino por lo que mueves dentro del que lee tus articulos. Gracias de nuevo y suerte en Ecuador.
Muchas gracias por el comentario Sr. Ramal…la verdad que leer cosas así me animan a continuar escribiendo, muchas gracias !!!!
Buen comentario y buena la reflexión, que te vaya bien por tu experiencia americana.
Un saludo cordial
Muchas gracias Juan José, por las américas va genial, un abrazo fuerte 😉