Atrapes y palancas en Eskrima.

En los entrenos donde nos focalizamos en «Control sparring» (Palakaw ó Palusot) la intensidad vendrá marcada por el tipo de trabajo que queramos hacer.

Eskrima y «Control Sparring» 

Cuando vamos a una intensidad media hay que tener muy presente que estamos dentro de un juego que desarrolla grandes habilidades, pero que no es totalmente real. Sin duda es una situación muy viva, cambiante e interesante, aun así hay que tener muy presente los matices de velocidad y potencia implicados en la práctica, éstos no pueden ser tomados a la ligera.

La «realidad» es otra cosa.

Teniendo muy presente esta circunstancia, cuando trabajamos en Eskrima & Eskrido la estrategia Corto Kurbada, el cambio de ángulos constante y el fraccionamiento en secciones donde provocar reacciones en el adversario, son la línea en la que debemos movernos.

Desde ahí y gracias a la implicación del arma en el proceso de nuestro Sparring, pueden ocurrir infinidad de situaciones, entre ellas las palancas, los atrapes y las proyecciones.

Yo seré y quizás esto se deba a mi entreno en otras artes, de los que defiende que las palancas en pie son prácticamente imposibles de aplicar (en situaciones de estrés real y sin cierta ayuda de nuestro contrincante).

El argumento es simple: intenta poner esas técnicas «preciosistas» en un contexto de realidad y verás lo que ocurre (y sobre todo lo que no). No me vale el contrapunto de que funcionan contra alguien que no sabe, porque estoy hablando de luchadores y no de «pitonisos» que adivinan si su agresor es conocedor de algún arte marcial o no.

A modo de ejemplo podemos centrarnos en la Lucha Grecorromana (donde sólo pueden atacar de cintura hacia arriba) o las MMA y el uso de sus estrategias, muy distantes por funcionalidad de lo que suponen la palancas / luxación en pie o atrapes al uso.

Es fácil imaginar que si se pudieran aplicar con suficiente efectividad veríamos dentro de estas modalidades combativas (y aquí está la clave) más de una técnica de estas características.

En mi mundo Eskrimológico (de poca/ninguna fantasía) el debate no tiene lugar: lo he puesto en práctica. Maestros de otras artes han querido demostrarme su superioridad técnica y no funcionaron, no es que yo sea nada del otro mundo, la historia se reduce a que yo no colaboraba para que ellos pudieran aplicar sus «cosas».

Para mi es simple, las luxaciones son para el suelo, aunque reconozco que en pie ocurren momentos parecidos a una transición en la que logramos algo similar a un desequilibrio que podemos aprovechar para tomar ventaja.

Entran en juego las armas.

Todo cambia cuando entran en juego las armas. Ahora me dirán: «claro como es lo que tú practicas» (siempre habrá gente corta de miras). Espero que entendamos que no se trata de estilos, sino de movimiento y/o lógica aplicada a la lucha.

Centrándonos en «solo bastón» como especialización moderna dentro de Eskrima, las opciones de atrapes y palancas son aplicables (fundamentalmente) por la intervención del arma y la palanca natural que ésta ejerce ( a lo que añadimos el elemento fundamental del uso de la mano izquierda).

Para mi Eskrido es la «expresión técnica» más refinada de lo que vengo explicando. La situaciones que se crean, la energía que movemos, la distancia corta en la que trabajamos, la mano no armada y las características propias del arma (longitud, peso, posicionamiento, etc) hacen posible esos «momentos en los que ocurren» las luxaciones en pie, los atrapes y proyecciones que en otro contexto combativo no tendrían sentido. Estar alerta y aprovechar el instante en el que las cosas se dejan hacer es fundamental.




José Díaz Jiménez

Jose

Expect the unexpected...

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