Esta entrada va dedicada a todos aquellos que un día quisieron o quieren entrenar Eskrima con una actitud inapropiada y se dieron de cara con mi negativa a continuar enseñándoles.
Eskrima no debe ser para todo el mundo. Sin discriminar a nadie. No todas las artes son para todos.
Algunos tienen una gran habilidad para dibujar, otros para modelar, otros para escribir,etc. Se trata de encontrar donde encaja nuestra pasión y dedicarnos a ello al 100%.
Eskrima no es para todo el mundo.
Tal y como se debe practicar Eskrima entiendo que la frustración es incompatible con cierto tipo de conductas, intenciones y paranoias personales.
Repito aquella famosa frase que todo el mundo atribuye al conocido Bruce Lee, pero que viene del Tao: «Vacía tu copa para que pueda ser llenada y ganar la totalidad«. Pues bien, eso es una milonga de esas que todos recitan y muy pocos son capaces de llevar a cabo. Además que no soy yo muy partidario de vaciar sin saber qué quiero llenar.
Las palabras son fáciles de pronunciar y complicadas de llevar a cabo. Esto se llama ética y por desgracia cada vez hay menos en este mundo.
Enseñando desde el Caos.
Bienvenidos a Eskrima. Sí, enseñamos desde el caos, ese es mi – nuestro «método». Eskrima es igual a sparring, combate... llámalo como te guste. Y si no te gusta, pues a otra cosa.
En ocasiones me encuentro en clase con individuos que vienen con tanto en su mochila que difícilmente pueden avanzar. El proceso de aprendizaje se basa en «cuanto somos capaces de simplificar, de sacar de nuestra mochila».
El problema de la enseñanza en Eskrima suele agravarse cuando el alumno es mayor (edad) que uno, y/o no aceptan que alguien más joven les modifique sus estructuras (100% rígidas) y deje en evidencia sus creencias.
El «conflicto» está asegurado.
Ante esta circunstancia hay dos salidas, simples ambas: o se van por sí solos, o se van invitados por mis armas. No tengo tiempo que perder. Cada vez me apetece menos enseñar a alguien que no lo merece. Eskrima está necesitada precisamente de gente involucrada con el arte.
Considero que éste es una asunto crucial para preservar nuestra maltrecha Eskrima ¿Quien es el que determina quien puede y quien no puede entrenar Eskrima en mis clases? Fácil: Yo mismo, como si fuese poco.
Sobre actitudes & aptitudes.
La honestidad, la honradez, el querer aprender, son atributos innatos que se tienen o no se tienen.
Hace poco empezaba a leer un libro muy, muy recomendado: «El último francotirador» (The last Punisher) de Kevin Lacz. Es como la continuación de otro que si estáis en el mundo de la Eskrima no os podéis perder, la novela autobiográfica en la que se basó la película «El francotirador« (American Sniper) del desaparecido Chris Kyle.
En ambos se plantea algo que para Eskrima tiene mucho sentido. Y es que recalcan que no se trata de la «calidad física» de un aspirante a SEAL lo que determina que logren superar o no las pruebas para convertirse en uno de ellos. Dicen: «Un SEAL nace, no se hace».
Pues para Eskrima vete apuntando ésto. O vales o no vales. Está o no está escrito en tu ADN, en tu destino o sabe dios donde. O das el paso para entrenar peleando y relacionándote con el dolor o «go home».
Si buscas orden, un programa de técnicas con grados y certificados, farándulas y pantomimas puede que te hayas equivocado de arte.
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