No soy dado a tomar prestada frases de nadie. Creo que se pueden decir cosas interesantes sin llegar a adornar lo que me parece simple y obvio, aun así hoy me apodero de una nota que se le atribuye a Bruce Lee y que da pie a esta entrada:
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«Yo no temo al hombre que ha lanzado 10.000 patadas diferentes, yo temo al hombre que ha lanzado una patada 10.000 veces».
Repetición y simplicidad.
Son dos conceptos que van de la mano. Repetir los patrones de movimiento con insistencia hace que se fijen las estructuras físicas necesarias para un buen desarrollo técnico. Más simple es el movimiento, más posibilidades de llegar a ser efectivo en combate.
A la hora de la verdad, mientras hacemos sparring con armas, los recursos necesarios para la supervivencia, estarán en orden minimizando el factor riesgo si ponemos el foco en la simplicidad.
Repetir los movimientos básicos hasta la saciedad hará que esos patrones se integren en nuestro sistema de «piloto automático».
Un mal movimiento repetido muchas veces nos conduce directamente al fracaso, prestemos pues especial atención a cómo nos movemos.
En mis clases la repetición es una de las técnicas que más utilizo para enseñar.
No tengo patrones fijos, improviso las secuencias. Lo importante es la calidad, la lógica implicada en el movimiento y la repetición de esos patrones básicos bajo una correcta supervisión.
Estudiando en clase.
En mis clases los iniciados (principiantes) suelen repetir patrones simples de movimientos con el arma, como la X, hasta «aburrirse» (suelen hacerlo pronto). Es importante prestar atención a los detalles e ir sumando poco a poco.
Dar demasiada información de una vez puede frustrar más de la cuenta a los principiantes. Guiar es un proceso delicado. Dar directrices claras y en pequeñas cantidades me parece de lo más acertado.
Los estudiantes más avanzados combinan movimientos y trabajan en diferentes planos. Diseñan sus propios patrones y suman conciencia, velocidad, potencia y sobre todo fluidez al movimiento.
La idea es integrar. Que todo fluya (mecánica corporal, desplazamientos, formas de golpeo…) hasta que la «perfección del arte» se haga evidente a la hora de expresar la Eskrima.
Considero que este tipo de entrenamiento es un filtro natural que delimita el tipo de practicante que se acerca a la Eskrima.
Si quieres hacer mucho en muy poco tiempo, sin ser consciente, sin lógica… estás equivocado.
Beneficios de repetir los movimientos.
Hay estudios científicos a nivel neuronal que muestran que este método voluntario de repetición es eficaz para consolidar la memoria. Debemos recordar que aprender es un proceso voluntario, en el que el individuo debe tomar parte activa y esforzarse.
Entre los numerosos beneficios que tiene este tipo de entrenamiento me gustaría destacar la mejora que surge en el enfoque y la concentración durante la práctica de Eskrima.
Empezar a analizar desde la simpleza un movimiento (solo o con compañero) hace que nos centremos en el momento presente, nos focalicemos en nuestra mecánica corporal y nos estudiemos desde adentro.
Si hay algo difícil en el mundo actual es apartar las distracciones o preocupaciones de la mente y centrarnos en lo que que realmente nos ocupa en cada momento.
Este tipo de práctica, en la que debemos sentir el movimiento repitiéndolo si es necesario miles de veces , a parte de los beneficios fisiológicos evidentes que se fijan en la memoria neuromuscular, es fundamental para nuestra mente combativa.
Aprender rápido no es sinónimo de aprender bien.
Démonos tiempo para aprender bien y ahorremos mucho tiempo en el proceso. Hay un abismo entre aprender y aprender bien.
Aprendizaje.
Cuando entrenamos secuencias de movimiento no basta con repetir como autómatas. Dicho de otra forma, para aprender bien no basta con repetir mecánicamente, hacerlo mal puede crear un mal hábito y ponernos en peligro sin ser conscientes de ello.
En una próxima entrada analizaremos el «solo training». Es muy importante estar vigilantes cuando entrenamos sin guías.
Cuando repetimos un movimiento es necesario tomarnos un tiempo para sentir como crece la conciencia en nuestro cuerpo, de pies a cabeza.
Sentir el movimiento viene de una lógica implícita en el arte combativo que se muestra por sí mismo. Observar, observarnos es la clave.
Aprender de forma eficaz viene a estar justo en el termino medio entre repetición, observación y puesta en práctica.
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