Quizás lo fui en otra vida, quien sabe, pero como salta a la vista, mi aspecto no es muy de asiático, ni falta que hace.
Escribo esta entrada por varios motivos. Podría hacer una lista bien larga, pero básicamente es por una situación que encuentro en lo referente a la enseñanza de la Eskrima.
Siento generalizar y decirlo así de claro (ya está bien de medias tintas), considero que hoy día son muchos (que no todos) los maestros filipinos que desacreditan y faltan el respeto a su propio arte. Si lo hacen ellos, ¡imaginad el resto!
Justificando conductas
Hay algunos factores que pueden justificar ciertas conductas, ciertas necesidades a nivel socio/económico. Aun así para mi no hay nada que justifique la prostitución del arte a toda costa.
Hay un público que prefiere el exotismo de entrenar con estos Maestros (surgidos muchos de ellos de nadie sabe donde) porque son de «pura cepa Filipinos» y porque ¡quien mejor que ellos para mostrar la Eskrima auténtica!
Viajan a la «cuna de la Eskrima» (Kali) y se sacan fotos con certificados al lado de sus Maestros (o militares) que posan con risas forzadas de entusiasmo por haberse llenado los bolsillos con unos cuantos dólares.
Todos sueñan con el próximo training camp (con más mentiras que deje a los occidentales flipados). Unos sueñan con viajar a occidente, que les organicen seminarios y así seguir vendiendo algo que no les pertenece, otros sueñan con sus títulos de futuros grandes maestros.
Todo muy Filipino, muy «Original»,muy puro y exótico todo, algunos saben de lo que hablo.
Nada nuevo en el horizonte
Esto ya ha pasado con otras artes, en otras épocas, en muchos países, en la que Chinos, Japoneses o Asiáticos en general, con niveles de conocimiento pésimos (bajos o inexistentes), se hacían pasar por Grandes Maestros.
En sus comienzos pasó también en el mundo de BJJ, en el que cinturones azules brasileños se subían en un avión en su país de origen y sufrían una transformación de grados abismal… aterrizaban en otros países como cinturones negros, graduación de altura lo llamaban.
Aquella época «dorada» de fantasía pasó con más pena que gloria, pero parece revivir en otras artes, la mierda siempre deja su rastro.
Hoy en día (con toda la información que se maneja) se deja engañar el que no tiene remedio, esto queda claro. Mis parámetros para aprender de alguien no tienen nada que ver con «de donde viene» el Maestro:
Lo primero es la persona (cómo es, quien es) y luego está su destreza.
Todo lo demás son añadidos circunstanciales que a veces coincide con los clichés esperados y otras muchas no. Unas veces añade valor, otras muchas se lo resta.
¿Cha-Cha Eskrima?
Hace nada veía un vídeo que compartí con mi gente en la que se veía cierto «Gran Maestro» (ahorro nombres para evitar conflictos) haciendo barbaridades impropias para un arte tan serio como Eskrima.
Muy cómico, muy sin sentido, muy ridículo y muy en la línea de lo que suelo llamar «Cha-cha Eskrima«.
Era un ejemplo más de lo desastroso del asunto. La farándula no conoce límites dentro de su propia estupidez.
El mundo al revés y todos riendo la gracia. Acaparar el arte con la idea de protegerlo es precisamente lograr lo contrario. Comprar a los tuyos para controlar algo que no te pertenece es demencial.
Cambiar de dirección tu arte porque ya no te interesa «económicamente» es la mayor de las vergüenzas.
Es muy difícil lidiar con estos arrebatos del absurdo que van calando cada vez más en un arte que realmente me apasiona. Es difícil ir «contra corriente».
Es difícil gritar y decir basta porque sabes que tu voz no llegará demasiado lejos. No soy Filipino, no soy un personaje mediático, no me asocio al famoseo y la discreción es uno de mis pilares.
Quizás esto me de cierta libertad y con esta idea no cederé ni un ápice de «mi arte» en pro de un mercadeo que puede acarrear beneficios económicos (necesarios), pero que deja estéril una ética (oldschool) que yo respeto al 100%.
No soy Filipino y qué, lo son mis Maestros y qué. Mi Arte viene directamente de ellos (muchos años buscando mi verdad), de su tradición y cultura, de sus batallas.
Traduzco el lenguaje en movimiento y éste no tiene fronteras, no entiende de rasgos ni contornos que delimitan. Esto ha sido así porque el destino así lo quiso y me gusta.
- «La verdad está en el movimiento» decía el Gran Maestro Nong Banoy de San Miguel Eskrima.
- «Eres humilde cuando cualquier ser humano puede enseñarte algo», gran frase de Jodorowsky.
Este es mi camino de Eskrima y resulta que no soy Filipino.
Comparto..no solo la eskrima hay muchos sistemas de combate enseñados x gente q nunca peleó en la jungla o en el desierto..también se hizó muy comercial muchas de las artes marciales ya conocidas. Saludos desde Buenos Aires.OSS
Muchas gracias por el comentario Diego, un abrazo desde España. Oss.