Decía Truman Capote: «El fracaso es el condimento que le da sabor al éxito».
Eskrima y aprendizaje.
Empiezo a destajo:
- Si crees que ya lo sabes todo, es imposible que aprendas algo nuevo. Es ahí cuando estás lo más cerca posible de ser un zombie socialmente adaptado a un mundo enfermo.
Ya lo he dicho alguna que otra vez en este mi blog; solo cuando crees que el tipo que tienes delante es superior a ti de alguna manera (en algunos aspectos, esto nos mantendrá alerta), y no subestimas por defecto a todo el mundo, aprenderás a través de la experiencia.
Rodearse de gente mejor que uno mismo es una de las acciones más inteligentes que existen para crecer en todos los aspectos (desde los más personales a los más combativos).
No sé si os pasa a vosotros o es tan solo una percepción propia (lo dudo), pero desde hace tiempo parece que predominan, desde la seguridad que confieren las nuevas tecnologías (redes sociales del anonimato), las personas que se creen poseedoras de la VERDAD por encima de todo y todos (normalmente argumentando historias incapaces de defender con las armas) y que no son capaces de atender a otras opiniones ya que son poseedores de una VERDAD que parece cegarlos (y producir cierto retraso mental).
Eskrima y sociedad.
Vivimos en una sociedad donde la imagen social (puro escaparate; necesidad de aparentar ser y tener a toda costa) resulta ser lo más importante. ¿Cuántos viven más pendiente a los “me gusta” de sus redes que a hacer algo que los haga originales?
Lo de “tener confianza en uno mismo”, gustarse a uno mismo, quererse por encima de todo, cuidarse en extremo… está muy bien (incluso en ciertos niveles puede llegar a ser necesario), pero llevado al extremo te puede llevar a un grado de toxicidad complicado que te aislará de la realidad (esa que te escupe a la cara).
Parece que cada vez se torna más complicado admitir que en el mundo hay personas mejores que nosotros (también peores) en algo en lo que uno se considera bueno, seamos honestos, a todos nos pasa, es un juego complicado de aceptar y de ser humilde para lo que no estamos totalmente educados.
- Considero que esto se debe a que estamos desconectados de la realidad, vivimos en mundos paralelos y virtuales en los que el «peligro» se ha minimizado y maquillado tanto que hemos perdido el norte…
Es una cuestión de educación, de cultura, solemos pensar que el éxito de otros es pura “suerte” (no somos capaces de valorar el éxito ajeno). En la sociedad en la que nos movemos, sobre todo la cultura latina, ese tipo de envidia resulta ser un mal endémico y generalizado.
En la otra cara de la moneda existe una habilidad muy importante, que se aprende, sólo cuando tenemos la mente lo suficientemente abierta, y se llama humildad.
Tomar conciencia de que no hay peor enemigo que uno mismo, de un ego descontrolado y pervertido, no seremos capaz de salir del fango de nuestra propia desidia.
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En vez de criticar por sistema y creerte superior al resto, ¿porqué no haces el ejercicio sano de preguntarte o mejor aun, preguntas a otros cómo han logrado el éxito (entendiendo éxito como algo variable) en su camino (sea cual sea)?
Claves para Eskrima y la vida misma:
Hay una clave que permitirá que aprendamos muchísimo y que mejoremos aun más y está encriptada en esta frase:
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Mira, observa y pregunta. Que es lo mismo que aprende, avanza y crece.
Admirar a otros no te hace inferior, admirar es SER consciente de tus limitaciones, pero también de tus fortalezas. Todos tenemos derecho a cambiar de opinión, tenemos derecho a crecer…
Es fundamental mirar a aquellos que consideramos que van pasos por delante de nosotros. Empezando por analizarnos a nosotros mismo, detectar nuestras carencias y querer mejorarlas.
Tener la humildad de admirar e intentar aprender de ellos es una de las actitudes más inteligentes posibles.
Si de verdad tienes una meta que quieres alcanzar, no hay excusas que deba contaminar nuestro ego, enfócate, deshazte de la envidia, empieza a admirar y comienza a rodearte de personas mejores que tú, que te empujen a ser la mejora versión de ti mismo.
Eskrima y apertura mental.
Cuando estamos abiertos a cosas que no sabemos, a cosas que queremos aprender sin límites absurdo, a cosas que desafían lo que creemos saber, tenemos una gran oportunidad de aprender algo más, algo nuevo, confirmar algo que creíamos saber, afirmar aquello que llevamos tiempo trabajando.
Una de las situaciones que seguro reconocéis de ego en su máxima expresión y de diferentes formas es la negativa a hacer sparring.
Con el paso del tiempo deberíamos poseer el control (autocontrol) para entrenar con cualquiera persona que use las armas en una situación de sparring durante una sesión práctica de Eskrima. La gente suele evitar el sparring, la escusa más ingeniosa, coincideréis conmigo, es aquello de: «lo que practico es demasiado peligroso como para poder ponerlo en práctica durante el sparring».
Pocos van a aceptar que no quieren hacerlo porque parece peligroso y el miedo aflora en formas diferentes.
SPARRING & PELEA.
El sparring no es pelear (es un asunto que trataré en una próxima entrada, considero que se malinterpreta qué es un sparring) esto es importante tenerlo claro. Yo al menos lo veo así y así es como intento que se tomen el asunto mis estudiantes.
La diferencia entre sparring y «combate total» o como vulgarmente me gusta llamarlo «PELEAR» es muy clara:
- En sparring hay cierto tipo de acuerdo tácito o implícito, normas que de una u otra manera, aunque sean mínimas vamos a tener en cuenta, sobre todo en lo referente a la intensidad,
- El siguiente nivel sería la «pelea», nada pactado, el fin vendrá determinado por el sometimiento de uno o varios de los contrincantes y la intensidad no tiene medida.
Cuando las cosas se hacen bien, la única razón para evitar una sesión de sparring es una cuestión de ego (miedo) y esto nos aleja de nosotros mismos de manera radical y absurda.
- Así, de forma general, no conozco a nadie que NO haya sobrevivido a una sesión de «sparring», incluyendo la intensidad de las mínimas normas, eso sí, conozco a muchos que no han sobrevivido a sus propios miedos.
La próxima vez que pienses en Eskrima, en el nivel que quieras llegar a poseer, pregúntate a a ti mismo (honestamente) si el camino que llevas recorrido se ciñe a un ego miedoso, confiado en una suposición errónea que no se debe poner nada a prueba, o se basa en la capacidad de querer aprender, de ponerte en «peligro» relativo, en el caso de que hagas sparring, dejando de lado el miedo a equivocarte para dejar sitio a la experiencia personal e intransferible del combate.
Eskrima frases:
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“El ego es simplemente una idea de quién crees que llevas contigo”. (Wayne Dyer)
Buah, tremendo artículo.
Cualquier comentario se quedaría corto.
Directamente este escrito trasciende de la Eskrima…
Ah no!!! resulta que la Eskrima es la vida, filosofía y combate (fightlosofía); entonces este artículo está en el camino correcto 🙂
Gracias José.
Muchas gracias, no sé si está en el camino correcto, pero al menos lo intenta, abrazo fuerte…
¡Buen artículo! Me gusta el sparring. Lo practico tanto con amigos que quieren probar y no saben (lo más divertido es su pintoresca forma de golpeo… que no debe ser subestimada porque te alcanzan igual jajaja) y con gente que practica conmigo o de otras disciplinas. El sparring es un buen maestro, hay que disfrutarlo. Evito a la gente que se pone con esas tonterías, que vayan a buscar princesas ciegas que enseñen eskrima en medio de la selva filipina xD.
Muchas gracias Miguel por comentar. Es signo de inteligencia esquivar a personas ciegas que buscan maestros(tras) ciegas en bosques donde no se ve nada.
Un abrazo y gracias!