Eskrima y el uso de las armas para la autodefensa.
Eskrima y el uso de «herramientas».
Eskrima y el uso de las armas (o herramientas varias) son sinónimos. Esta premisa me resulta muy importante porque será la base y el sustento estratégico para nuestra autodefensa en el mundo real.
Empezaré por definir, aunque es un tema que ya he tratado en otras entradas en este mismo blog, qué es una herramienta y así entenderemos el refugio semántico en el que nos moveremos.
Una herramienta es un objeto elaborado con el fin de facilitar el uso de una tarea mecánica y facilitar el uso humano que requiere de una aplicación correcta de energía (siempre y cuando se hable de herramienta material).
El término herramienta se emplea para referirse a utensilios resistentes (hechos de diferentes materiales, pero inicialmente se materializaban en hierro como sugiere la etimología), útiles para realizar trabajos mecánicos que requieren la aplicación de una cierta fuerza física.
En la actualidad la palabra herramienta puede llegar a abarcar una amplia gama de conceptos y diferentes actividades (desde las herramientas manuales hasta las informáticas), pero siempre bajo la idea de que el término herramienta se usa para facilitar la realización de una actividad, en el caso específico que tratamos en esta entrada: la propia protección.
Eskrima y armas a lo largo del tiempo.
Hace mucho tiempo, en un pasado remoto, más allá del horizonte de la historia escrita, ocurrió un hecho trascendental: un humano primitivo recogió un objeto contundente y golpeó a otro hasta, presumiblemente, matarlo o reducirlo por primera vez.
En ese preciso momento podemos asegurar que el mundo y la historia de la humanidad cambió para siempre.
Desde entonces, el arte de la autodefensa y el avance del armamento han crecido junto con los humanos. En ocasiones, debemos reconocer, que en una medida despiadada y contra la que estoy totalmente en contra. En otras, no podemos olvidar que la mayoría de los avances tecnológicos derivan directa o indirectamente de esta constante «recreación» armamentística.
En la actualidad, y refiriéndome directamente a lo que nos toca al común de los mortales, me atrevo a asegurar que en muchos casos nos hemos desviado peligrosamente de la dirección correcta, de la función primordial de las armas.
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Por desgracia para nosotros, para nuestra supervivencia, y alejándonos de toda lógica, se han creado formas artísticas complejas en torno a «manos vacías» (amparados en un supuesto y ficticio momento de paz universal), pero también, sorprendentemente, se crearon sistemas complejos de «armas específicas de autodefensa» que dejaron de ser funcionales «gracias» a aquellos que decidieron mentir y a aquellos que decidieron creerlos.
El ser humano, desde el punto de vista de necesidad de supervivencia, se ha visto empujado a desarrollar técnicas y métodos para perfeccionar las armas y su aplicación funcional durante siglos. A medida que avanzaba la civilización, y durante periodos concretos de nuestra historia se hizo necesario aprender a manejar estas armas. De igual forma que cuando «no fueron necesarias» vimos a bien delegar nuestra seguridad al «padre estado», convirtiéndonos en víctimas (marionetas) del sistema, del buenismo, de una miopía sistemática.
Esta tendencia no se ha detenido, aunque sí ha cambiado. Las armas de autodefensa todavía prevalecen, son relevantes en nuestros tiempos modernos y ahora, más que nunca, es importante tanto aprender a usarlas, como aprender a discernir qué es bueno y qué no lo es. Se nos va la vida en ello.
Si aun no tienes claro este punto, creo que es hora de revisar un poco tu entrenamiento, levantar la cabeza de tus fantasías y observar el mundo tal y como está hoy en día, a fecha inicios de 2021.
Eskrima, armas y actualidad.
A mi no me cabe ningún tipo de duda, hoy en día las armas, las «herramientas de autodefensa» son un elemento fundamental que debemos tener y sobre todo saber utilizar para la auto protección.
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El debate de legalidad o no legalidad para mí termina cuando ponemos en una balanza nuestra integridad física, o la que algún ser querido (pareja, hijos…), y el estar o no en sintonía con la norma que va a depender más de legislaciones, imposiciones y control de masas, que de otra cosa.
Desde el punto de vista táctico las armas proporcionar una gran ventaja (en ocasiones definitiva) en un encuentro violento a todo tipo de personas. La ventaja de un arma es que dependen directamente y proporcionalmente de la práctica bien dirigida y no tanto de las características físicas del practicante.
Llevo más de veinte años enseñando Eskrima y por ende, autodefensa. Todos y cada uno de mis estudiantes, incluyendo al aquí «escribiente», hemos sentido un cierto tipo de alivio al sentirnos más protegidos armas mediante.
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Es un hecho constatable, que donde no llegan nuestro atributos físicos, por mil motivos diferentes como pueden ser la edad, enfermedad, constitución… llegarán nuestras armas.
Considero que el trabajo de armas empieza por educar a las personas en su uso, en educarnos en la paciencia, más aun en la prevención y en último término en su uso efectivo.
Hoy en día existen cientos de armas de autodefensa en el mercado. Desde las más sofisticadas y accesibles (como puede ser un spray) a las más peligrosas e inaccesibles por motivos más que evidentes.
Cientos de vende humos se refugian en la impunidad de sus estatus. El peligro de ha multiplicado por mucho cuando la gente lleva, de forma irresponsable y deficiente, todo tipo de artilugios sin sentido ni conocimiento real alguno.
Eskrima más que nunca.
Es una situación maravillosa y abrumadora. Hay que abrir los ojos de una vez. Es decir, más que nunca puede que necesitemos aprender a usar nuestras herramientas (esto atendiendo estrictamente a la realidad que te rodea), y a la misma vez, más que nunca, debido al estado de adormecimiento al que nos han conducido, somos víctimas de nuestros adversarios, pero también de quien se supone que debe educarnos en el uso correcto de las armas.
Hay muchas opciones, pero ¿cómo se decide la mejor?
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Es simple: siendo extremadamente crítico, buscando que el sistema sea «combativo», que no sea predominantemente estético, que trabaje con resistencia (pilar fundamental), que sea progresivo (pero efectivo), que no esté edulcorado ni suavizado y tengas que, por contra, enfrentarte a conceptos como el miedo, el dolor, la frustración… y sobre todo, después de todo esto, que tenga como objetivo tu seguridad primero y luego todo lo demás.
Con respecto al uso o no de las armas suelo repetir siempre esto de «es mejor llevarla y no tener nunca que usarla, que necesitarla y no tenerla a mano en ese momento».
Recuerda aquel proverbio japonés bestial en sí mismo:
– Aunque se necesite la espada una sola vez en la vida, es necesario llevarla contigo siempre.
Este artículo es «crema», expresión valenciana.
Gracias José
Un honor que te guste este tipo de entradas, un abrazo fuerte!!