En Eskrima suele pasar, también en el resto de artes marciales o artes combativas, la «artesanía marcial» suele convertir en moda todo aquello que verdaderamente es «una necesidad que no llegan a entender».
ESKRIDO
En Eskrima, concretamente en ESKRIDO, el concepto de «lucha armada» no es nueva, de hecho, es de lo que va el asunto. Hay tratados antiquísimos, tanto en oriente como en occidente, en los que se estudia concienzudamente esta distancia.
Me hace mucha gracia ver a nuevos iluminados que tratan el tema como algo «novedoso» o de «propia cosecha». De vez en cuando es necesario hacer examen de conciencia y dejar de mirarse tanto el ombligo, dando crédito al pasado.
Tampoco es nada nuevo que la distancia corta va a ocurrir más pronto que tarde, sin importar mucho si estoy o no armado. En el mundo de la autodefensa, el concepto de «lucha armada» tampoco es nueva. Y no lo es por un motivo simple y evidente:
La distancia corta, sobre todo en la que hay armas implicadas, «juego sucio«, caos y posiblemente sangre, se convierte en la «cruda realidad» de la lucha, donde todo y nada se decide, hacia donde se dirige la idea de sobrevivir de forma espontánea y sin forma definida.
Sorprendería negativamente conocer los datos reales de la cantidad de «conflictos armados» que se solucionan o, mejor dicho, se desarrollan en una distancia «desagradablemente» corta.
Estar físicamente, técnicamente y mentalmente preparados para ello es responsabilidad de todo trabajo que tenga por objetivo la «realidad de la defensa personal».
Eskrima es autodefensa armada.
Es simple; debemos añadir incomodidad a nuestro camino. Si empiezas a sentirte cómodo (constantemente) en la forma que trabajas, ten por seguro que algo no va bien. Ya se sabe aquello que se dice de los «excesos de confianza»…
Es importante que sepas que hablamos de una distancia (corta) que no es segura, en la que no quieres estar, pero en la que te vas a encontrar contigo mismo.
Ten muy presente que no hay técnicas perfectas y ahí, luchando con un arma, es donde más te vas a dar cuenta de lo frágil que eres.
Centrarse en el uso del arma.
Este es el punto más importante de todo el asunto. Si hay algo que quiero señalar como «concepto fundamental» es que cuando estamos en esta distancia corta o como me gusta llamarlo «clinch de supervivencia», debemos centrarnos en el uso del arma.
La transferencia de otras artes (Wrestling, Grappling, MMA, Thai…) en esta distancia es más que positiva y en ocasiones necesaria. Eskrima ha sido permeable desde su concepción como un arte de batalla mestizo, pero como suelo repetir a mis estudiantes: «No todo vale en un vale todo».
Todo lo que tenga que ver con el «clinch» va a ser bien acogido en este trabajo nuestro de control. La única interferencia posible es olvidarnos del uso del arma y centrarnos en sumisiones o agarres inservibles en un contexto tan peligroso.
He visto en demasiadas ocasiones, en demasiados grupos y en demasiados métodos olvidarse del arma, incluso llegando al punto de deshacerse de ella (como si molestara) para seguir por unos derroteros nada convenientes.
Esto no es un deporte, ni tan siquiera es un estilo definido de lucha marcial; se trata de pura supervivencia y hay conceptos que debemos transmitir con absoluta claridad, es nuestra responsabilidad.
Entrar en un juego «típico» de lucha o sumisión, típicamente deportiva, que no tiene sentido aquí, en esta concepción realista de la lucha armada, es un gran error que puede costarnos demasiado caro.
Siempre que me planteo este tipo de trabajo me gusta añadir elementos de sorpresa. Es decir, todo cambia mucho cuando introduces un arma secundaria en todo este trabajo. Si dado el caso te desarman o controlan el arma principal, te llevan al suelo o no estás en una buena posición, tener en mente otra arma puede ayudar a desarrollar el estado de alerta necesario en este tipo de situaciones extremas.
Recuerda: «Tal como entrenes así pelearás.»
Control y perspectiva «desconocida».
Si nos centramos en el control y desarrollo del trabajo armado desde una distancia de lucha, como algo circunstancial pero real, las posibilidades de salir airosos son un poco mejores:
- Trabaja desde la perspectiva de lo desconocido. Como ya antes señalé, piensa en introdir «elementos sorpresa». Si trabajas con cualquier tipo de arma de impacto, añade a la ecuación una «daga escondida» y que pueda aparecer en cualquier momento del trabajo de «sparring». Así nuestra mente siempre estará en alerta y nunca obviará el concepto de las armas. Incluso cuando ruedes a lo Jiu Jitsu Style, hazlo con una daga guardada, si la película ya cambia cuando introduces golpes, imagina cuando introduces un arma.
- Si caes al suelo, la idea de Eskrima está más cerca del «ground and pound« popularizado por las MMA, que del puro trabajo de sumisión del Jiu Jitsu o artes similares. Eskrima más que «lucha sumisión» (aunque si se tercia también), es lucha en pie. Es lo más parecido al clinch (si caes te levantas lo más rápido que puedas o quedas por encima dominando la posición).
- Cuando hay armas en la «batalla», la perspectiva de supervivencia debe cambiar trascendiendo la idea deportiva. Nos adentramos en el mundo de la realidad representada por unas herramientas (armas) que buscan hacer daño real.
Ejemplo de Eskrima y «lucha armada.»
Los trabajos desde el Clinch desde el principio deben ser progresivos pero con «contacto». Se trata de ir añadiendo más incertidumbre en cualquiera de sus facetas.
En este pequeño clip se puede ver que trabajo desde muy cerca. Parto de una distancia de trabajo corta en la idea de trabajo específico de «control sparring» en el que está implícita la idea de «entrar en la lucha armada«.
El objetivo desde la perspectiva de ESKRIDO es gestionar la agresión, controlar al adversario, si se puede proyectar y «terminar el trabajo» golpeando con el arma o con lo que se tercie: