Eskrima – mente.
Eskrima es, además de realidad combativa, una «terapia sostén» que da fuga a las tensiones que se acumulan en mi mente.
Desde la perspectiva del movimiento, de las armas y del concepto de libertad que impone la no restricción de metodologías absurdas, tomar un arma y golpear para desatar y dar rienda suelta a la rabia contenida es de las formas más efectivas de sanar la mente.
Eskrima y ejercicio de Karenza.
En otra entrada hablaba de Karenza como herramienta de desarrollo combativo y de hecho ratifico todo y cada uno de los puntos que traté, esto de lo que hablo hoy es otra cosa, aunque siendo puristas no se trate más que de un supuesto «método de entrenamiento.«
Tal y como lo entiendo el asunto, incluso si se algún iluminado me exigiera tener que NO ETIQUETAR a esto como Eskrima, lo haría siendo consciente de lo que hago.
El motivo principal de esta propuesta es que no hay ningún motivo (perdonen la redundancia – «rebusnancia» del concepto) más allá de «NO PENSAR» (ahí queda, los chinos lo llaman WU WEI), en absolutamente nada, mientras estoy en pleno proceso de fuga y movimiento.
Si todo tuviese que tener un motivo predeterminado en la vida del eskrimador, sería el motivo principal para dejar de hacerlo.
El movimiento libre no debe tener formas predeterminadas, da igual como lo llames mientras esté sustentando por la corrección del disfrute y la funcionalidad que imprimen, en el caso de los parámetros de Eskrima, las armas.
Eskrima y movimiento en libertad.
Es decir, me explico, para moverte con libertad debes tener clara ciertos límites impuestos por la disciplina o no podrás ser totalmente libre.
Me adscribo total e incondicionalmente a la frase del ex-comandante de los Navy SEALS Jocko Willink:
«Discipline equals freedom.»
Con esta idea y tras unos momentos duros compartidos por y con muchos de vosotros (la «plandemia» y sus tentáculos), en un instante de esos de estar a punto de explotar, busqué un arma y con la idea de compartir el ejercicio (ya que a mi personalmente me ayuda en extremo) grabé una forma personal (aunque creo que será común entre alguno de vosotros), en relación a esta pasión por la Eskrima, que tengo de libertar tensión:
- Son unos posos segundos, unas cuantas series en las que pretendo no pensar absolutamente en nada, ni tan siquiera en Eskrima (a pesar de ser el pretexto perfecto). Me sirvo de las armas cual herramienta de desahogo literal. En el vídeo golpeo al aire porque no tengo nada a qué pegarle en casa, si lo tuviera creedme que lo haría.
- Golpeo sin cesar durante unos 20-30 segundos, en este caso uso la distancia corta por espacio. Intento buscar los huecos en los que la rabia se expresa con más intensidad y me detengo cuando desciende la «cabreina»… curiosamente, y sin saber exactamente el motivo (no tiene nada que ver el cansancio, a estas alturas creo que aguanto un poquito más), siempre suele ser la misma medida de tiempo (los 20-30 segundos que antes comentaba).
- Repito la misma historia unas cuantas veces hasta que mi corazón se haya calmado y las voces de mi cabeza dejen de gritar (el movimiento suple ese dialogo)… sigo con mi vida, más calmado, más firme, menos estresado.
Eskrima videos…
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Se sale, «cabreína»… 🙂
Gracias José
Me encanta esa palabra, nunca la vi por ahí, un día se me ocurrió y la uso mucho, imagino que la usará más gente, a mi me encanta!! … algún día la ciencia la descubrirá 🤣🤣🤣