Eskrima y cuchillo, la eterna cuestión, os voy a resumir mi punto de vista: hay muy poco que hacer contra un cuchillo en una situación real, en el mundo de las fantasías serás capaz incluso de desarmar…
Eskrima, realidad y el cuchillo.
Si estás en este mundo, con los ojos abiertos y aun te queda un poco de decencia, atendrás a razones de pura lógica y tu trabajo de cuchillo será lo más cercano posible a la supervivencia más descarnada, de lo contrario, si te crees infalible, permíteme que te diga que eres un impostor de poca monta.
No hay otra, entrenar Eskrima no te va a asegurar más que un papel digno a la hora de rendir cuentas ante las autoridades, tus personas queridas o el mismo Dios en el día de tu juicio final.
Ya he hablado de esto en muchas ocasiones, si alguien te saca un arma blanca, más te vale haber hecho bien los deberes antes, durante y después del fatídico encuentro.
No hay fórmulas mágicas y sí hay unas pocas cosas que tener en cuenta, incluido aquello que llamamos suerte y que no sea tu día para abandonar este mundo.
¿Técnicas secretas de Eskrima?
La única técnica posible es el instinto.
En una distancia corta y peligrosa solo podemos encomendarnos al más alto y dar por fortuna que todo esté posicionado a nuestro favor.
Términos como reacción, instinto, energía, dos manos contra una, luchar por tu vida, morder, sacar tú un arma… son las cosas que resuenan en mi mente cuando pretendo utilizar esta herramienta de entrenamiento con mis estudiantes.
Si no eres capaz de aplicar algo en un sparring «convencional y pactado», con un mínimo de resistencia y dureza, a una velocidad e intensidad decentes, imagina cuando al «cocktel» le añadas estrés, incertidumbre, sorpresa, sangre… te recomiendo que lo olvides inmediatamente.
No todo está perdido mientras no hayas perdido todo.
Es así y más cuando de ti dependa la vida de algún ser querido, como siempre recomiendo, ir armado y saber cómo sacar tu arma resulta ser una de las pocas y posibles soluciones a un asunto que está más a la orden del día de lo que creemos.
Experiencia.
Bajo mi punto de vista y mi experiencia, el trabajo de cuchillo se acerca mucho más a «la idea de lucha» (grappling/wrestling) que a la idea de golpeo por la distancia en la que se va a desarrollar todo.
En esta línea suelo trabajar, desde muy cerca intentando desarrollar al máximo los pocos atributos que nos ayudarán al menos a inclinar un poco más la balanza a nuestro lado.
En esta entrada comparto un vídeo de instagram (en dos partes) en el que propongo un ejercicio simple, que no fácil de reacción y contacto con la mano armada. Incluso todo pactado y con el muy buen hacer de Manuel.
El ejercicio que propongo aquí es como una versión un poco libre de lo que sería «pushing hands» (pero con una daga implicada en el «juego») que trabajan los estilos de artes marciales chinas. Os daréis cuenta que si presiono un poco, tarde o temprano llego a tocar, quiero que nos quedemos con ésto: es sólo un ejercicio.
Es un concepto simple y repito: ponte en el supuesto, si hacemos un «sparring pactado sólo a puñetazos», reconocerás que algún golpe te vas a llevar, es tal cual, imagina con una daga o similar… una locura muy peligrosa.
El cuchillo táctico y los knifestars 🙂
Que Cruz!!!
Hay que seguir explicándolo José, alguien tiene que hacerlo…
Gracias de nuevo.
Es la cruz que nos ha tocado, mientras el círculo más cercano se conciencie, yo ya estaría más que satisfecho, los kniferiantes seguirán a sus anchas mientras haya esbirros que los alaben.
Un abrazako !!
Impecable. Esto es un poco de lo que trabajo cuando tengo compañero. Nada del otro mundo, nada infalible; pero de todo lo que probé me pareció lo mas… sensato, que podría llegar funcionar:
https://youtu.be/bWBkonTn5oo?t=214
Siempre atento a tus artículos y consejos.
Saludos.
Muchas gracias por los comentarios.
Saludos.