Eskrima simple, por favor.

Eskrima si no es simple, no es Eskrima.

Eskrima simplicista.

Porque sí, es así, «simple pero no fácil

Sí, estamos todos de acuerdo, es una coletilla que uso mucho, pero es que me parece muy real y efectiva en su propia concepción y me encanta.

Ahora que tengo tiempo en estos momentos de confinamiento, me ha dado por observar más detenidamente el panorama «Pseudo-Eskrimista», debo señalar que en ocasiones (muchas), me llevo las manos a la cabeza, no porque sean malos (que también) si no porque se cometen errores que vienen desde las bases. Son cosas tan básicas que «duelen a los ojos.»

Es aquella eterna paradoja de querer «empezar la casa por el tejado» (y sus consecuencias).

Armas extrañas.

Hace poco me preguntaba un amigo/estudiante si el «Kerambit» (y su forma espectacular de usarlo) viene de la Eskrima.

Después de responder como dios manda, pensando tranquilamente en casa, la reflexión que yo hacía y que ha dado lugar a esta entrada fue:
«Si es tan espectacular y vistoso, posiblemente tenga poco que ver con la Eskrima».
Aclarar, llegados a este punto, que hablo de Eskrima y no de sus sucedáneos.

Aquí aparecerán los expertos sabelotodos aplicando sus teorías de la conspiración; de donde viene el asunto, la acogida del arma por parte de los estilos filipinos (dudosos muchos de ellos), y demás paranoias sin sentido.

El caso es que, por lo que yo conozco y la realidad de la calle a la que estaba sometida la Eskrima, la cosa no creo que diera para muchas fantasías.

Otra cosa diferente es el carácter filipino postmoderno.

Eskrima funcional.

Voy a ser muy directo, me disculpan los de la censura:

Si tienes que terminar con alguien, de poco te sirven las filigranas, de poco te sirve la moral y la ética del honor y el caballero andante. Te acercas sin que te vea, lo pillas por sorpresa y le apuñalas. Sí  pinchando, que es lo que quita la vida. Cortar está bien, mola mucho la filigrana, sobre todo si conoces los puntos vitales que aprendiste de Goku, pero si vas a lo que vas, o peor aun te vienen a lo que vengan, un pinchazo no te lo quita ni Dios (me disculpe éste por meterlo en estos feos asuntos).

La realidad es muy fea.

Veo las fantasías a las que se someten los «Maestros» ( y que enseñan a sus esbirros), mostrando habilidades dantescas con sus armas (palos, cuchillos, Machetes y/o espadas usadas como si fuesen palos – esto me mata especialmente –, balisong, kerambits de formas y colores cada vez más ridículos…) muy sorprendente todo pero inútil (cual reflejo de sus bufones) a la hora de la verdad

El problema no es entrenar la fantasía, incluso es posible obtener habilidades interesantes y que transfieran a «la realidad» que necesitamos, lo malo es que ésta te atrape y no seas capaz de distinguir entre realidad y ficción  (que por desgracia es lo más común).
«Es simple pero no fácil.»

Observad detenidamente la realidad. Sé que no es agradable, pero es la única manera de abrir los ojos.

Me estáis diciendo que entrenáis como los cowboys en una película del oeste dando vueltas a vuestros revolver para al rato y después de haber dejado a todo el mundo impresionado dar el tiro de gracia. Trabajad una Eskrima simple, por favor. Gracias.

Madurad por favor, aunque suene muy feo decirlo así tal cual, es cuestión de vida o muerte.

De toda la entrada quedaos con esta última frase:

«No hay confusión posible, hay que saber jugar, y a qué se juega.»

Jose Díaz Jiménez

Jose

Expect the unexpected...

3 comentarios

  1. “No hay confusión posible, hay que saber jugar, y a qué se juega.”

    Este artículo es taaaaan bueno.

    Gracias José

  2. “Trabajad una Eskrima simple, por favor. Gracias.”

    No he podido resistirme a poner esto también 🙂

    Y de nuevo: GRACIAS!!!

    • Es simple, aunque esa simpleza no es muy comercial en sí misma. Es lo de siempre, egos circenses…

      Gracias por los comentarios!!! Abrazako fuerte.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.