Es interesante ver como a más tiempo pasa, más nos olvidamos de las raíces «orihinales» del arte, más estilos se crean e inevitablemente más nos alejamos de la realidad de lo que son las armas.
Eskrima y limitaciones.
Eskrima es un arte de armas, esto debería estar MUY claro . OK, quiero referirme a que la realidad que éstas imponen no debería de alejarnos de los fundamentos o conceptos combativos fundamentales para la supervivencia. Justo lo contrario que pasa hoy en día de forma generalizada.
Hace poco trabajaba haciendo sparring específico con mi gente y pensaba en lo diferente que se movían unos de otros.
Algunos por su naturaleza eran más ofensivos, otros se centraban más en el concepto «protector», otros eran más de distancia corta y otros muy fuertes en distancia larga. Era curioso observar como algunos tenían gestos que yo identificaba propios, que a su vez seguramente yo he copiado de mis maestros.
Me gusta observar a la gente cuando hace sparring (es como observar a los perretes cuando juegan a luchar por puro instinto y se muestran tal cual son: miedos, sumiso, dominante…), da igual que el trabajo sea más o menos específico, siempre que hay golpes y armas a cierta intensidad la gente se suele mostrar muy como son (ciertas barreras físicas y psicológicas desaparecen cuando el estrés toma el control).
Es ahí, cuando hay poco tiempo para pensar, cuando surgen los dichosos estilos, esas demencias e interferencias que todos llevamos encima y que han ido perjudicándonos a lo largo de nuestra práctica marcial y que deberíamos ir descartando o reconociendo poco a poco dentro de un camino de búsqueda activa de la simplicidad.
Considero que es muy importante pasar por un proceso combativo «intenso» para llegar a identificar cual es «nuestro estilo personal» y así llegar a ser conscientes de los límites que nos atrapan y en realidad no nos permiten adaptarnos a las circunstancias de forma independiente.
- Las costumbres, las ideas y creencias, nuestras habilidades personales adquiridas, nuestros gustos… en ocasiones se convierten en un lastre complicado de gestionar en relación a la realidad que impone la vida.
«Eskrima es cambio»
Sí, cambio consciente. Las armas, el combate, demandan este tipo de estrategia. Para cambiar hay que ser conscientes de lo que nos limita, hay que desarrollar cierta consciencia combativa que nos aleje de la repetición, de las costumbres, de los bucles que nosotros mismos nos imponemos.
Es complicado estar en esa línea de trabajo en la que profundizamos en la simplicidad y a la vez buscamos el cambio constante.
Tal y como yo lo veo no se trata más que de ponerse a pelear. Es decir, que nuestra práctica sea en algún punto lo más parecido a un animal vivo, salvaje… que quiere morder para sobrevivir porque no le queda más remedio.
Montar (tanto conscientemente como inconscientemente) un estilo que quiera identificarnos durante el combate es puro ego. Si además te crees en la posesión de cierta verdad y pretendes mercadear de ello se trata de una enfermedad que se llama indecencia y que además arrastra a otros a la mierda que tú mismo has creado (creído).
Este tipo de práctica podemos fomentarlo en un contexto deportivo/lúdico determinado, pero en la vida real puede costarnos un disgusto mortal (de necesidad). El ego no va a venir a salvarte la vida cuando realmente lo necesites, todo lo contrario.
Eskrima estilizada.
Cuando la gente me pregunta cual es el estilo de mi Eskrima suelo bromear de diferentes formas. Hace poco alguien me preguntaba y mi respuesta fue algo que ha quedado en mi grupo como un broma recurrente:
- Yo enseño el «MÉTODO DÍAZ«.
- ¿Y cómo es ese método señor?
- Vienes, te vareo y no te gusta.
Ahí suelo dar por zanjado el asunto, chulerías aparte, cada vez me apetece menos entrar en debates estériles con gente lowcost.
Me apasiona la simpleza del combate: o golpeas o eres golpeado. ¿Cómo encerrar algo tan indeterminado y cambiante en un estilo/forma de hacer las cosas? Pues me da que quizás deberíamos preguntarle más a un «business man» que a un peleador.
Algo ha quedado claro en estos años de apogeo dentro de las MMA. Hay formas combativas, conceptos universales y métodos de entrenamiento que hay que estudiar, entender, trabajar y poner en práctica. Este proceso va a ir dando forma a nuestra forma «individual» de pelear basado en nuestras preferencias, experiencia (nuestras bases, muy importantes de recordar y remarcar) y aptitudes físicas. Repito, «NUETRA FORMA DE PELEAR», aquello de adaptarse al enemigo y estas cosas fundamentales de la supervivencia. En las MMA hay cierto tipo de falseo por contexto deportivo, pero creedme que se acerca mucho a la idea necesaria de supervivencia por otro lado olvidado en la mayoría de la Eskrima actual.
Eskrima y rumbos perdidos:
En Eskrima por desgracia se ha perdido ese rumbo de «puesta en práctica». Se profundiza y se diferencia cada vez más entre estilos (porciones maltrechas que fantasean sobre la realidad) porque eso parece que define una cota de mercado determinado que beneficia a unos pocos y perjudica al resto.
Si hay algún estilo al que adscribirse este se llamaría simplicidad. Esta desmontaría por sí misma cualquier forma limitadora de hacer las cosas porque deja la puerta abierta a la necesidad de adaptación (cambio). Hay que ser más valiente para ir soltando lastre y buscar la simplicidad indeterminada, que es como asomarse a un abismo de caos incontrolable, que para dejarse atrapar en un estilo que nos hace sentir parte de algo, un algo que me asegura nada a un precio demasiado alto.
- Seamos honestos, no hay estilo que pueda ofrecer «cambio» desde un programa cerrado en el que el combate está previsto para el momento de la realidad (vaya a ser que en la práctica nos lastimemos).
Eskrima frases:
Si me preguntan y quiero ser serio en mi respuestas, diré que mi práctica se basa en Eskrima, sin más apellidos ni adjetivos. Ya de por sí el palabro delimita una forma de hacer las cosas, lo que pasa es que llegado el momento, cuando (por suerte o por desgracia) he tenido que actuar y no pensar, poca gente ha identificado que lo que ha haya pasado sea algo parecido a ESKRIMA (lo cual me enorgullece bastante).
Quizás se trata de esto, de ser sin llega a ser del todo cuando de verdad la necesidad hace que nos olvidemos de todo y seamos pura acción.
Me repito más que el ajo, son más de diez años escribiendo, pero no me canso de «denunciar» la obsolescencia consciente de los estilos dentro de las artes marciales, ya ni os cuento dentro de Eskrima que es mi pasión.
Decía Krishnamurti (creo que es mi frase de cabecera):
-«La verdad es una tierra sin caminos»
UPS…
Como dijo Machado: «caminante no hay camino, se hace camino al andar…»
Solo queda añadir (sin cuestionar al gran Machado), asegúrate que no haya un barranco durante tu camino y caigas rodando.
101% Simple 101% Eskrima
Gracias José
SIMPLEMENTE ESKRIMA !!
Abrazo fuerte!