Mochila llena o vacía para tu Eskrima.

Más tiempo paso en el mundo de la enseñanza, más consciente soy de lo poco que puedo enseñar. Literalmente el proceso de simplificación es el que me ocupa ahora más tiempo.

Pensar qué puedo enseñar y cómo desde una perspectiva simple es una de esas cosas que más energía me llega a demandar.

Cuando enseño en seminarios, y hace nada he dado unos cuantos de ellos, la expectativa de la gente que asiste en un porcentaje del 90% es la de aprender «nuevas técnicas».

Suelen sorprenderse cuando parto de conceptos simples en los que intervienen ideas como la coordinación, propiocepción, posicionamiento, movimiento … yo suelo decir que no enseño técnicas, que enseño lucha … y esto les suele despistar.

Los sistemas marciales al uso, basan su curriculum en una acumulación despiadada y sin sentido de información. Piensan que más sabes, más preparado estás para la autodefensa. Mi experiencia me dice que es justo lo contrario. Si llenas la mochila con demasiadas cosas no te dejará caminar con la suficiente ligereza. El proceso es el opuesto, más ligero sea nuestro equipaje, más simple serán nuestras respuestas, más cerca estaremos de la supervivencia.

La simplicidad dentro de la Eskrima es lo que la convierte en un arte tan efectivo. Repito muchas veces que el arte se encuentra en el detalle, en lo simple, en lo que se deja ver sin secretos. Otra cosa bien distinta es poder acceder a estos términos que en principio no están al alcance de todos.

Mucha gente, como digo, se acerca a mis clases buscando rellenar unos espacios que sus «estilos» aun no han cubierto. Con esa mentalidad encontrarán que esos huecos no pueden ser llenados con algo tan vacío como las técnicas, los drills, los juegos, las secuencias … Quiero enseñar a todo el mundo que la libertad está fuera de los estilos y dentro del movimiento y que éste es simple, pero nada fácil.

Aprender de uno mismo requiere paciencia (paz-ciencia). Aprender de uno mismo para mi significa escucharse y alejarse del premio inmediato de la tiranía de los grados. Ser valiente para mi significa ser capaz de desprenderse del pasado, desalojar cosas que ya no sirven de una mochila que transporta un conocimiento ancestral que ya no puede ser acumulado sin ninguna lógica en términos matemáticos limitados y castrados por la tradición más rancia.

Así que si piensas que acumular nuevas y fantásticas técnicas te acercan a ser mejor, quizás hayas puesto el punto de mira en la dirección menos adecuada. Si tu camino es el de simplificar, quizás también hayas puesto el punto de mira en la dirección menos adecuada pero caminarás mucho más ligero y quizás llegues un poquito más lejos.

José Díaz Jiménez


Jose

Expect the unexpected...

3 comentarios

  1. Si trasladaramos eso mismo a todos los aspectos de nuestra vida no malgastariamos tanto tiempo, esfuerzo y energía en estar distraídos y secuestrados de lo que somos y nuestras verdaderas necesidades, no las que nos imponen. Pero para eso hay que sentir dos o tres varazos, de esos que te despiertan del letargo donde vivimos.

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