Si le dices a la gente que haces Eskrima o cualquier otro tipo de artes marciales, generalmente te miran con cara de «eres un friki violento». Analicemos el asunto.
No hablo de nada nuevo, ya en la antigüedad se promovía esta «mentalidad». En este blog ya he hablado otras veces del asunto ¿Os suena de algo la famosa frase «Si vis pacem, para bellum»?
El origen de la expresión “si quieres paz, prepárate para la guerra” viene del libro “Epitoma Rei Militaris”, del escritor del imperio romano Vegecio.
En latín es “Igitur qui desiderat pacem, praeparet bellum“.
Neófitos.
La mayoría de las personas que no practican Eskrima o artes marciales, o que no tienen experiencia con nada que tenga que ver con la lucha, pueden ver este asunto como algo violento, o simplemente no entienden por qué deberían pagar, o dedicar tiempo a luchar contra otras personas por «diversión».
Hay algo que nos atrae de la lucha, la Eskrima o las artes marciales y creedme, es ahí donde se encuentra el mayor beneficio que se logra con la práctica regular de estas artes: «la seguridad en uno mismo«.
Si le dices a alguien que «puedes encontrar paz dentro de la violencia», no lo van a entender. Pero ese es nuestro «negocio».
Solo las personas que han experimentado ésto de primera mano, o que conocen a alguien que de alguna manera ha cambiado radicalmente (como persona) debido a este tipo de práctica, son los que realmente llegan a comprender los verdaderos beneficios que experimentamos algunos de nosotros al realizar una práctica «violenta».
Ser los protagonistas, los conductores y reguladores de nuestra propia violencia (conciencia de ella) es algo que debería formar parte de nuestra «educa-acción».
Momentos difíciles.
Para mi, los mejores momentos para entrenar han sido aquellos en los he atravesado circunstancias difíciles. Seguro que muchos de vosotros sabéis a qué me refiero.
Es mucho más difícil motivarse para la práctica en esos momentos complejos de la vida. Sin importar cuál sea la situación, es muy probable que obtengas los mayores beneficios de tu entrenamiento en este punto.
Todos tenemos problemas, pensamientos negativos y preocupaciones sobre la vida que llevamos. De manera constante nos enfrentamos a situaciones en las que no se puede evitar entrar en una espiral negativa. En mi caso el entrenamiento de Eskrima es de las pocas cosas que pueden hacerme olvidar estas «tinieblas» y arrojar luz a mis «tinieblas».
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Si tienes un mal día, una mala semana, un mal mes o un peor año, ve a practicar. No es el momento de descansar, tienes demasiado en juego, estás en deuda contigo mismo.
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El entrenamiento es una de las pocas cosas que pueden distraerte de esos pensamientos negativos y anclarte al momento presente de forma eficaz.
Esto es lo que promete la meditación. En nuestro caso lo hacemos desde un movimiento que algunos interpretan como violento.
Entrenando, olvidando.
Esta es la razón por la cual muchas personas entrenan de forma seria. Estar presente en tu práctica resulta ser el único sitio donde realmente puedes llegar a relajarte mental y físicamente.
En consecuencia te conviertes una persona más pacífica y tranquila, especialmente en situaciones de alto estrés.
Después de la tormenta siempre llega la calma. Nosotros nos obligamos a meternos de cabeza en nuestras tempestades, reconocemos nuestras batallas y nos enfrentarnos a nuestros miedos, combatimos con el corazón, para una vez terminada la contienda, encontrar la calma en haber domado nuestro males. ¿Qué es «desestresarte» sino luchar de forma activa contra lo que te coacciona y frustra en tu propio foro interno?
Pura «fightlosofía» de vida.
¿Recuerdas cómo reaccionabas en situaciones estresantes o negativas antes de comenzar a entrenar Eskrima o artes marciales? ¿Qué tal cuando estás entrenando de manera continua y consciente durante un tiempo y te enfrentas a estas mismas situaciones?
Estaremos de acuerdo en que después de un entreno intenso (físico y/o emocional), sobre todo si hemos dedicado gran parte de la práctica al combate, la diferencia será tan notable como día el y la noche.
Nuestra mente se situará en un lugar mucho más tranquilo, alejada con perspectiva del caos que todo lo domina.
Violencias.
La violencia «bien gestionada» (es de lo que se trata) ocasionará profundos cambios en nosotros.
¿Te has preguntado alguna vez por qué las artes marciales tienen una población tan diversa de personas que lo practican? Yo te lo digo: se producen cambios !!
Todos pasamos dificultades en la vida, y éste es el lugar, nuestra práctica, un espacio estrecho junto a la violencia, donde «podemos encontrar nuestra paz».
Si no tienes buenos apoyos en casa o en la vida, tus compañeros de entreno siempre estarán ahí para ti, pase lo que pase, pueden ser casi como tu familia y esto se aplica a victorias y derrotas en la vida.
Recuerda esto la próxima vez que estés pasando por momentos difíciles y ve a tu práctica, es una de las mejores medicinas para el alma.
«Todos pasamos dificultades en la vida, y éste es el lugar, nuestra práctica, un espacio estrecho junto a la violencia, donde podemos encontrar nuestra paz.»
Esto es tan lógico, como difícil de entender fuera de la comunidad «marcial», convivimos con ello 🙂
Un artículo muy chulo José.
Gracias!!!
Gracias Oscar, hay que hablar sin tapujos de ciertos aspectos, la violencia uno de ellos, me parece importante tener esa conciencia…
Un abrazo fuerte!