Tengo la total certeza de que si hay alguna manera de ir mejorando en el camino de la lucha (teniendo lejos a tus Maestros) es ir marcando pequeños retos en todos y cada uno de tus entrenamientos.
Buscando dentro de Eskrima.
Tener la capacidad de buscar, ajustar y reconocer los pequeños detalles y así mejorar tu «juego» (dejando aparcado tu ego) es una decisión que te ayudará a crecer como Eskrimador. Te hará falta una gran dosis de constancia, pasión y una guía adecuada sobre la que refrendar los progresos para que el trabajo no sea estéril y se desvíe hacia derroteros que nada tengan que ver con el arte.
Andar sin rumbo definido puede ser la peor de las opciones posibles. No hay tiempo que perder buscando dentro de la farándula marcial. La ciencia de la lucha tiene una dirección determinada y un precio que pagar (que no todos están dispuestos a asumir).
La soledad a veces se cierne sobre uno, la veracidad de los pasos dados inunda la mente de dudas, aun así, continuar caminando es fundamental: «para atrás ni para coger impulso» que decía mi abuelo. Siempre hay tiempo de corregir el espacio recorrido, pero no hay solución para la quietud y la sin razón de ser un zombie marcial.
Cada vez que hago sparring, sin importar la intensidad, el objetivo, el día o la hora, intento marcar algún tipo de reto que suponga un esfuerzo determinado, una dificultad añadida y así salir de la zona de confort «profesor-alumno» en la que podemos caer fácilmente.
Cambiar es la única opción que me vale dentro de la Eskrima. Que con el paso del tiempo uno sea capaz de desarrollar una Eskrima diferente no es una opción, es necesario. Desde fuera puede parecer el mismo arte, pero no debería serlo.
En mi mente está «percutando» constantemente la idea de ser un poco diferente tras cada sesión, puede que sea un simple gesto, un detalle mínimo, algo quizás insignificante, para mi eso es más que suficiente.
Se trata de ir sumando a la vez que simplificas, parece una paradoja pero es real como la vida misma.
Una pregunta que suelo hacerme muy de seguido: ¿cómo mejorar? Desde que entreno con alguno de mis maestros hasta la siguiente vez que los veo pueden pasar años, no es nada extraño, la situación es la que es, lo acepto de mala gana pero prefiero construir a destruirme.
Así que recojo la experiencia de lo aprendido, lo disecciono y empiezo a trabajar en ello con toda la precisión posible, volviendo una y otra vez a la base, estudiando el movimiento. Lo curioso es que el tiempo ha ido refrendando que poco a poco mi Eskrima ha ido creciendo, mejorando, simplificándose.
Siento que les debo mucho a todos y cada una de las personas que han cruzado armas conmigo (sobre todo a mi gente), al final de cada clase, en el momento del sparring, el de las risas y porrazos, hay un nuevo y pequeño reto esperándonos, una gran mejora para todos.
P.D: A modo de ejemplo y como herramienta para capturar pequeños detalles, es una buena idea grabarse en vídeo mientras se practica, luego visionarlo e intentar ser crítico con uno mismo. Mejoraremos nuestra técnica y nuestra capacidad de autocrítica (ego).
2 comentarios